Todos sabemos que cultivar hábitos buenos siempre es más difícil que los malos, y que a menudo tratamos de iniciarlos pero, finalmente abandonamos.
Aquí te mostraremos algunas formas de no hacerlo.
1. Debes descubrir la razón del por qué quieres cultivarlo y en qué te beneficia
Si te estableces una meta, debes tenerla lo más clara posible, sino la tienes, será más difícil que suceda, identifica las razones de por qué quieres conseguirlo y lo harás parte de tu vida inmediatamente.