5. No contarles a nuestros hijos, errores de nuestro pasado
Esta bien contarles a tus hijos los errores de tu pasado, pero evita las exageraciones con respecto a temas como tabaquismo, alcohol y narcóticos, aunque puede parecer mentira, esto hace que tu mensaje sea más contundente que un sermón todo el tiempo.
Cuéntales qué sentías cuando tú mismo te enfrentaste a situaciones parecidas, cómo reaccionaste y qué aprendiste de eso.