La llegada de un bebe es un momento muy esperado por los padres, quienes confían en que su bebe llegue sano, con una hermosa vida por comenzar en la que cumpla todos sus sueños. Pero lamentablemente no siempre es así y desde pequeño deben enfrentar tratamientos sumamente duros. Como el pequeño Jack Stevens, que tuvo que luchar por su vida desde el primer momento en el que llegó al mundo.
Nació con un problema del corazón y su vida pendía de un hilo. Muy pronto los médicos se encontraron en el límite de sus posibilidades. Así la vida del pequeño Jack se balanceó durante el primer mes en la cuerda floja, en múltiples ocasiones estando entre la vida y la muerte.
Jack sufría de HLHS, una falla del corazón en el que el lado izquierdo no fue desarrollado en su totalidad y por lo tanto no podía cumplir de manera adecuada su función.
Jack tenía una semana de vida en este mundo, cuando ya tuvo 4 operaciones a corazón abierto. Cada vez los médicos luchaban para mantenerlo con vida.
Después de la última intervención (de un total de nueve) de las que nunca antes a tan tierna edad alguien fue operado, Jack cayó en un coma y tuvo que ser reanimado. Nadie sabía cuanta fuerza quedaba aún en el pequeño niño.
Y contra todo pronóstico o esperanza de los médicos, Jack fue despertando y recuperándose lentamente de esta dura batalla entre la vida y la muerte. Después de 15 meses en la clínica, sus padres podían llevarlo por primera vez a su casa.
La alegría de todos no puede describirse en una sola palabra. Jack “despertó” finalmente a la vida y su fuerte e incompleto corazón latió con la fuerza de un león.
La alegría de sus padres también fue indescriptible, después de meses de angustia, dudas, dolor mirando a su pobre hijo tirado en una cama en el hospital y sin la certeza si iba a salir bien librado de esta terrible pesadilla.
Su padre dijo con lágrimas de alegría en sus ojos: “Él ya casi puede caminar y balbucea el día entero sonriendo siempre. Jack es sin duda alguna un niño muy especial y nuestro orgullo”.
A pesar de todos los obstáculos, este bebé lo logró.
A pesar de su corta edad y su diminuto cuerpo, nadie pensó que este pequeño tendría más fuerza que cualquier otro. La vida siempre merece más oportunidades de imponerse frente a la muerte. Aún incluso cuando parezca que no hay esperanza, la fe, el amor, las ganas de vivir, nuestro corazón, nuestra alma y nuestro completo ser con el apoyo de aquellos a quienes importamos y nos aman, puede ganar la pelea más dura.
No dejes de compartir la historia de este bebé luchador.