Pensaron Que Sería El Último Abrazo Con Su bebé. Lo Que Pasó Ni Los Doctores Se Lo Explican

Carolyn Isbister, una mamá a la que los doctores habían dicho lo peor, puesto que según ellos su bebé tendría solo un par de minutos de vida. El corazón del bebé latía una vez cada 10 segundos, significaba que venía sin vida.

¿Qué pasó después del parto? Ella puso a su bebé de sexo femenino en su pecho, ya que según explica, no quería que muriera estando helada. “Sus pies eran tan frios. Era el único abrazo que le daría, quería recordar el momento” Comenta.

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En ese momento íntimo y cargado de emoción fue cuando el milagro sucedió. El contacto piel con piel y el calor maternal fue el impulsor para el que pequeño corazón de Rachel volviera a latir normalmente y inhalara cortos respiros.

Ni los asombrados padres ni los doctores podían creerlo. Pese a que la recién nacida soltó un pequeño llanto, los doctores aún insistían en que no había esperanza de que Rachel sobreviviera. Sin embargo, poco a poco el color fue volviendo a las mejillas de la bebé “Literalmente pasó de gris a rosado frente a nuestros ojos y comenzó a calentarse, también”.

La parte triste, según explica Carolyn, es que apenas Rachel nació, los doctores la miraron y dijeron “no”. Ni siquiera intentaron ayudarla a respirar porque según ellos, solo prolongarían su muerte. Todos se habían rendido.

Estábamos aterrados, la íbamos a perder. Yo había sufrido tres pérdidas antes, asi que no pensamos que había mucha esperanza” Dice Carolyn.

Los doctores aún no pueden explicar que fue lo que pasó. “Esto es de verdad un milagro. No habia visto nada parecido en mis 27 años de práctica. No tengo la menor duda que el amor de madre salvó a su hija”

Rachel es una luchadora desde que nació. Ya que según explica su madre, ella lo hizo todo por si misma, sin necesidades de intervenciones medicas o drogas. Se aferró a la vida y todo fue por ese abrazo.

La pequeña dejó el hospital con 8 libras (Aproximadamente 3,6 kilogramos). Un peso normal para un bebé sano.

Lo esta haciendo tan bien. Cuando la trajimos a casa, los doctores nos dijeron que era una pequeña extraordinaria. Y además de todo, le encantan los abrazos. Duerme por horas en mi pecho. Fue ese primer abrazo que la salvó- y estoy tan contenta de confiar en mi instinto y tomarla en brazos. O de otra forma no estaría aquí hoy

Sin dudas es una guerrera de nacimiento. Comparte esta gran historia de vida.

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