En una bolsa de basura, así fueron encontrados los cuerpos de las dos jóvenes Argentinas, María José Coni y Marina Menegazzo, el pasado 28 de febrero en Montañita, un pequeño pueblo de Ecuador.
Las turistas de 22 años, desaparecidas desde el 22 de febrero, salieron de su país con el objetivo de recorrer parte de Chile, Perú y Ecuador. En este último fue donde fueron asesinadas por dos hombres: Segundo P. Y Eduardo D.
Según la versión oficial, las dos chicas habrían conocido a los hombres en un bar local llamado “La abodagita” donde habrían mencionado no tener dinero, por lo que regresarían a Guayaquil haciendo dedo, por esta razón, los hombres habrían ofrecido su casa para que pasaran la noche, a lo que habrían accedido.
Allí la habrían dejado los hombres hasta las 2 a.m. cuando volvieron borrachos. De acuerdo a la investigación, los hombres habrían tratado de abusar de las jóvenes, quienes intentaron resistirse por lo que Segundo habría golpeado a María José con un objeto contundente en la cabeza y por su parte, Eduardo habría acuchillado a Marina.
Al ver los cuerpos de sus víctimas, los hombres limpiaron el lugar, guardaron los cuerpos en bolsas y los habrían llevado en carretilla unos 400 metros de la casa, donde intentaron esconder los cadáveres.
Esta versión oficial, es poco creíble por los familiares de las jóvenes, ya que ellas en ningún momento habrían mencionado haberse quedado sin dinero, y de hecho tenían activas sus tarjetas de crédito.
“No hay forma de que se hayan ido con estos hombres. Algo pasó con ellas en la tarde del lunes 22, cuando emprendían el regreso. Están tapando todo y hacen rápido las cosas para mostrar un esclarecimiento que no es. Han plantado pruebas”, asegura Gladys Steffani, madre de Coni.
La familia ha solicitado a la primera autoridad Argentina involucrar a peritos forense de el país en la investigación. Por su parte, el presidente Ecuatoriado, Rafael Correa, que si la ley y la fiscalía local lo permiten, están dispuestos a aceptar cualquier sugerencia de parte de las familias de ambas chicas.
Lo más indignante de toda esta situación, es que haga gente tan retrógrada que las consideren responsables, e incluso, merecedoras de esto tan trágico (por decirlo menos). En lo personal considero que hay que culpar a estos dos asesinos, y no solo a ellos, ya que hay muchos como ellos, que consideran justo atacar a mujeres por el solo hecho de viajar solas.
Esperamos que la justicia, ya sea local, mundial o divina, haga lo suyo y pueda darle algo de tranquilidad a esos padres y familiares que perdieron un ser querido únicamente por querer aprender más del mundo y los países que las rodeaban.
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