Cuando éramos niños, se solía pensar que era beneficioso el leernos cuentos de hadas. Historias fantásticas donde la princesa y el príncipe vivían “Felices por siempre”. Pese a todas las dificultades que la princesa pasara, siempre llegaba el nombre caballero que la rescataba y llevaba a vivir con él al palacio real.
Se creía que esta clase de cuentos tenían el poder de proporcionar valores, sentimientos y comportamiento a nuestra educación, lamentablemente lo único que puede sembrar es ideas erróneas y falsas de la vida, incrementándose si no había acceso a otra clase de libros, puesto que nos quedábamos con la idea que Disney generó a través de sus libros.
Si bien, la industria ha tratado de contrarrestar esta falsa ideología, creando personajes más parecidos a lo que es la realidad, no ha sido suficiente, puesto que no han podido romper los moldes ideológicos que nos hemos plantado como sociedad, así las princesas clásicas como Blancanieves o Belle ocupan aún los privilegios desplazando a las princesas fuertes e independiente como Mérida, Elisa o Mulán.
En el caso de las mujeres, fueron impuestas ese rol de jóvenes, dispuestas al amor a primera vista, con aptitudes para las artes escénicas y labores del hogar, y el poder para adaptarse en estratos sociales superiores, pero a la vez malcriadas y vulnerables y necesitadas de protección masculina. Por lo mismo, han crecido con la idea que deben ser salvadas y consentidas por su príncipe azul quien será capaz de cruzar un rio de lava por ella, aunque francamente eso no ocurre en esta época.
Científicos y especialistas en el tema de género han analizado trastornos, complejos o condiciones en mujeres, quienes se ven reflejadas por las protagonistas de estos “clásicos” del cine infantil. En palabras más simples, se puede rastrear tu propia situación mental dependiendo de la princesa que más te guste o te genere más empatía.
- Blancanieves
Esta princesa refleja el desorden de DEPENDENCIA. Al ser la más sumisa, busca rápidamente dónde resguardarse cuando sufre una catástrofe, haciendo tareas domésticas a cambio de protección. Si te identificas con ella, probablemente seas una mujer que se vale de su belleza y encanto para escapar de las situaciones complejas, dejando todo en manos de algún prospecto masculino.
- Cenicienta
Mujer bajo perfil que prefiere aguantar las situaciones de maltrato con tal de no alzar la voz y prefiere servir a los demás porque necesita la aprobación del resto. Claramente esta princesa muestra un desorden de falsa esperanza. Si te gusta, eres de las que se arregla cada día con la esperanza de conquistar a “ese” hombre ideal que te saque de tu realidad y tu sufrimiento.
- Aurora
La princesa que espera el hallazgo del amor verdadero para solucionar su vida. Si amas a Aurora, puede que compartas su desorden CODEPENDIENTE, que esta a expensas de los demás y que necesita que alguien más guíe su vida, ya sea sus padres, pareja, amigos, enemigos, etc.
- Ariel
Esta princesa, y seguramente tu, son la personificación de la mujer abandona todo (amigos, familia, su propia esencia) por ir detrás de un hombre, pensando que él hará lo mismo por ella. Refleja un desorden de CREDULIDAD y REBELDÍA, que no le pone límites al corazón, ya que su miedo a la soledad es más fuerte.
- Bella
Es la típica mujer DESTRUCTORA, quien pretende cambiar a un hombre con su delicadeza, dulzura, educación y sobretodo dedicación y paciencia. Cree que puede destruir el temperamento del hombre a quien ella encuentra misterioso, pese a que sea violento, sin importar lo malo que sea. Se aferra a la idea de que algo bueno saldrá de todo eso, y no se permite ver otras oportunidades, ya que contra más destructivo sea, más se atará.
- Jasmín.
La niña NARCISISTA REBELDE. Con grandes rasgos de inconformidad, quien quiere ser el centro de atención. Idolatra a su padre (o figura paterna) y no se encuentra a gusto no nada que la rodea. Intenta romper las reglas, buscar lo que sea, e igualmente necesita su príncipe, quien tiene que poner toda su atención en ella.
- Mulán
Trastorno de la SACRIFICADA, quien no puede realizar sus anhelos o sueños, a menos que sea tomando un rol masculino poniendo las necesidades de otros antes de las propias. Se niega a si misma. Su condición femenina resulta ser un limitante para alcanzar lo que desea.
- Pocahontas
DEPENDENCIA EMOCIONAL, esa es la condición que probablemente sufres si es que esta princesa es tu favorita. Si bien ella sí es responsable de sus circunstancias y no necesita de un hombre para arreglar su vida, si debe haber un hombre de cultura avanzada (o más inteligente) que llegue a perfeccionarla en su deseo de libertad. En este caso, basa su dependencia en alguien específico quien debe ser admirado.
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