No somos pocas las mujeres que tenemos una condición de bajas, de hecho es una gran ventaja en actividades diarias, puesto que podemos ponernos zapatos altos y problema resuelto.
Esto si bien no es un impedimento para realizar lo que nos proponemos, siendo bajitas debemos realizar el doble de esfuerzo para realizar cosas que a los demás, tanto en actividades domésticas como en otras. Muchas veces , el simple hecho de pedir ayuda es una forma de reconocer que los que tienen mayor altura son mejores, y… ya saben, bajitas pero orgullosas. Así es que en vez de admitir nuestra poca altura, buscamos la solución para poder llevar a cabo el cometido que tenemos en mente, esto incluye trepar entre los muebles, subirnos a las sillas, mesas o lo que tengamos cerca, saltos, etc.
Si eres de las que tienen estos problemas, continúa leyendo. Esto reflejará tu día a día.
- Considerando todas las veces que nos subimos en busca de un ingrediente para cocinar, podemos ahorrarnos el dinero del gimnasio.
- Cuando salimos con amigos altos, tenemos que correr para no quedarnos atrás.
“Esperen por mi, tengo piernas cortas”
- Cuando vas a la tienda en busca de pantalones
- Y los chalecos tampoco son una cosa fácil
- Hasta conducir se vuelve todo un desafío
- Y la lavadora no nos simplifica las cosas
- Tus piernas son tan cortas que ni siquiera tocan el suelo
- Para besar a tu novio tienes que buscar una silla, escalera o cualquier otro objeto en el que puedas subirte
- Ir al supermercado sola se convierte en un reto si es que quieres algo de la cuarta repisa hacia arriba.
- Y además tus amigos no te toman en serio
- Cuando todos los demás sienten la necesidad de usarte como bastón
- Eres la última en ver la noticia
- Un buen abrazo se convierte en esto…
Si bien tenemos muchas dificultades, ser bajita es genial.
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