Triste Oso Espera Durante 30 Años Ser Rescatado De Su Jaula-Prisión

Fifi es un oso sirio café, quien durante sus primeros 10 años de vida fue el espectáculo principal de un zoológico en Pennsylvania. El zoológico cerró, pero Fifi fue dejada en su pequeña jaula. Ella y sus 3 amigos osos pasaron los siguientes 20 años de su vida encerrados bajo los barrotes del abandonado centro de atracción.

 

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Fifi pasó durante 30 años dejando de hacer cosas de osos, como correr, nadar, tocar el pasto con sus patas, ni siquiera había podido hibernar, proceso elemental para la salud y bien estar de estos animales, obligado a pasar cada invierno despierto, ya que no tenían un lugar donde hacerlo, puesto que solo tenían una caja de madera para descansa, la cual no era lo suficientemente grande para que los osos cupieran dentro completamente.

 

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Todo fue triste para Fifi hasta el verano pasado, cuando su dueño finalmente se decidió a darle libertad a los animales, notificando a una organización que se preocupa del trato ético de animales, llamado PETA, quien apareció de inmediato en escena. Lo que vieron simplemente los dejó sin habla.

 

Fifi se encontraba dolorosamente delgada, su pelaje era un trapo sucio, viejo u delgado. Sus ojos estaban perdidos y hundidos. Su nariz pegada en las barras de la reja y su apariencia lucía triste y parecía estar adolorido cada vez que se movía. Ella y sus compañeros de encierro lucían débiles, al ver a los rescatistas se ubicaron al fondo de la rejas, signo de un comportamiento de estrés. Además los rescatistas descubrieron que el mal trato había repercudido en severa artritis en la pata trasera de Fifi, la cual nunca había sido tratada.

 

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El equipo de rescate no estaba seguro si la pobre Fifi de 32 años de edad, soportaría el proceso de rescate, pero al menos tenían que intentarlo, por lo que la llevaron a la reserva-santuario de animales salvajes de Colorado.

 

En los primeros meses en la reserva, Fifi recibió una dieta apropiada a su condición, tuvo que acomodarse a su nueva habitación en la que podía correr y sentir el pasto bajo sus pies, finalmente, comenzando la vida que debería haber tenido durante todos esos años de cautiverio.

 

Rápidamente Fifi recuperó sus fuerzas y demostró que todos los miedos estaban equivocados, así recuperó su peso, y se volvió el oso que siempre debió ser.

 

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