La sonrisa es “una línea curva que endereza todo”, o al menos eso dicen. Si lo pensamos, es agradable ver una sonrisa cálida de algún extraño. Puede, incluso, mejorar tu día. Pero para poder lucir una sonrisa radiante necesitas unos limpios dientes blancos.
Lamentablemente todo lo que comemos va manchando nuestra sonrisa; el café, té, cigarrillo, algunos condimentos, caramelos, etc. Y después de muchos años, nuestra sonrisa pasa de ser blanco a un beige.
Si bien hay tratamientos dentales que pueden tratar el problema en cuestión de minutos o un par de horas, no todos tenemos los recursos para pagar por ello, ya que no son muy accesibles.
Para ello, hoy te hemos traído una técnica simple en la que no tienes que gastar dinero, porque los materiales están en casa y además no te llevará mucho tiempo, no te dolerá nada, podrás realizarlo en la comodidad de tu casa y además podrás ver los resultados de manera inmediata.
Lo primero que harás será juntar los materiales que son: papel aluminio (de los que cocinamos), bicarbonato de sodio, sal y tu pasta dental favorita. Teniendo ya todo, en un recipiente pequeño harás una mezcla homogénea con la sal, bicarbonato y tu pasta dental habitual.
Corta un trozo de papel aluminio y dobla de manera que se ajuste bien en tus dientes. En uno de estos lados (el cual hará contacto con tus dientes) aplicarás la mezcla de manera que toda tu dentadura haga contacto con la pasta y dejarás actuar durante una hora
Pasada la hora, retira el papel aluminio de tus dientes y enjuaga tu boca con agua tibia. Si gustas, puedes lavarte los dientes de manera habitual, para que el sabor de la sal se vaya de tus dientes., y ¡LISTO! Disfruta de tu nueva sonrisa radiante.
El procedimiento puedes hacerlo un par de veces a la semana, para evitar que el esmalte de tus dientes se vaya manchando con los alimentos.
¿Te animas a intentarlo? Comparte este truco con tus amigos.
