La tecnología ha llegado a niveles donde la mayoría de las cosas son posibles, o al menos así lo hemos visto en la última década.
Este joven es Amos Dudley, un joven de 24 años, estudiante de diseño del New Jersey Institute of Technology, en Estados Unidos, quien estaba muy acomplejado por sus problemas dentales, por lo que decidió hacer algo al respecto.
Pese a que la solución más “normal” es realizarse un tratamiento dental y usar frenos, lamentablemente no tenía los US$8 mil que requiere un tratamiento de ortodoncia tradicional, por lo que utilizando sus conocimiento e investigaciones al respecto, creó su propio diseño para alinear sus dientes y corregir su problema.
Luego de búsquedas y lecturas al respecto, basó su creciente idea en los libros “Ortodoncia Contemporánea” (W. Proffit) y “Orthodontics at a glace” (G. Daljit). Así, con la ayuda de una impresora 3D de su centro de estudios, logró obtener su propio molde, hecho a base de “Permastone” (compuesto similar al yeso, de gran consistencia). Este molde era un accesorio alternativo a los frenos, el cual corregiría la desviación de uno de sus dientes.
Después de tomar una molde de su dentadura, comenzó la creación de su molde, donde utilizó su nueva lectura, un programa computacional, una máquina de moldeo y todos sus conocimientos en el manejo de diseño.
Pese a que en su casa tenía una impresora 3D, prefirió utilizar la impresora de su casa de estudios, ya que era más precisa.
Al obtener su molde definitivo, procedió a utilizarlo por 16 semanas (4 meses) durante todo el día y la noche, los únicos momentos que no utilizaba su creación, eran los momentos que debía comer.
¿Sirvió? ¡Claro!. Como resultado pudo corregir su problema dental por el que se sentía acomplejado, esto fue lo que llamó la atención de los medios como el “The Daily Mail”
Pese a que sus resultados fueron satisfactorios, los profesionales hacen duras críticas a la auto-corrección de problemas dentales, puesto que es necesaria una evaluación previa, ya que según los expertos esto conlleva múltiples riesgos para la dentadura, puesto que el ejercer fuerzas de manera errónea puede terminar en una necrosis pulpar o rizalisis lo que conllevaría perder piezas dentales de raíz, además de tener presente que un tratamiento de esta envergadura dura entre 2 a 3 años, promedio.
Por otra parte, Dudley aseguró que no venderá su producto, puesto que es diseñador, no odontólogo, sin embargo, esto ha instalado el debate dentro de los países por los altos precios que deben ser desembolsados para costear un tratamiento dental como los frenos.
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