Jaime Primak Sullivan es una escritora estadounidense que desató la aclamación de los usuarios de Facebook y no precisamente por su faceta profesional.
Primak es madre de tres niños de 5, 7 y 8 años. El 17 de abril pasado decidió comer con sus pequeños y luego llevarlos a tomar un helado, pero sin pensarlo lo que debía ser un grato momento terminó convirtiéndose en una cruel lección para los niños y fue así como se transformó en “la peor mamá del mundo” como ella misma se autodenominó.
“Bueno, soy la mamá más mala del mundo…como siempre.
Hoy llevé a los niños a Dairy Queen (Gelatería) después de cenar. Pidieron los postres que querían, esperamos unos 5 minutos a que llamaran nuestro número. La chica que nos atendió (de unos 17 años) les dio a cada uno el helado que habían pedido. Ninguno la miró a los ojos. Ninguno le dijo ‘gracias’. Ni a ella, ni a mí…
Así que esperé. Conté hasta 10 en mi cabeza mientras empezaban a comerse sus helados y la chica me miraba fijamente (probablemente pensaba que yo estaba oyendo voces). Luego observé cómo mis hijos se abalanzaban hacia la puerta.
Los seguí afuera, donde les quité los helados con calma y mis hijos vieron con horror cómo los depositaba en el basurero más cercana. Los 3 se pusieron histéricos. Yo esperé. Callada. Con calma. Cuando se dieron cuenta de que tenía algo que decirles, se callaron.
Entonces les expliqué que algún día, si tenían suerte, tendrían un empleo como el de aquella chica, y que yo esperaba que la gente los mirara. Que los mirara de verdad: les mirara a los ojos y les dijeran gracias. A los 8, 7 y 5 años ya somos mayorcitos para demostrar buenos modales y decencia básica del ser humano,
Así que hoy, soy la mamá más mala del mundo”.
La mujer que compartió su experiencia en la red social, no tardó en comenzar a recibir mensajes de apoyo y felicitaciones de muchos usuarios, quienes mencionaban esto como una lección de vida para los pequeños, la cual no olvidarán por el resto de su vida. Aunque, por otra parte, no faltaron los comentarios negativos que la acusaron de demasiado dura.
El revuelo llegó a tal punto que el portal de contenidos virales Aplus quiso hablar con la madre sobre lo sucedido, donde la mujer pudo explicar que su acto fue porque ella recién a los 20 años pudo darse cuenta que sus acciones afectaban a los demás y confesando cómo había sido ella en su juventud “Fui una matona toda mi vida” comentó agregando su experiencia de cómo empezó su cambio hasta darse cuenta que debía cambiar ella para arreglar el mundo.
“Me cansé de decir ‘la sociedad tiene que cambiar’. Yo soy la sociedad” mencionó, añadiendo que quiere inculcar esa perspectiva a sus hijos. “No quiero que mis hijos tengan una mentalidad egoísta. Quiero que sean inclusivos, quiero que sean los que dicen ‘¿quieres jugar conmigo?’. Quiero que mis hijos quieran incluir a los demás niños y miren hacia atrás y vean a su madre diciendo ‘estoy orgullosa de ti”
Además señaló que “no es suficiente con decir ‘por favor’ y ‘gracias’: tenemos que ver la gente. Mis hijos necesitan ver el valor individual de las personas. Quiero que sean las personas que construyen una mesa más grande cuando no hay suficiente espacio para otras personas”
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