Si eres padre o haz tenido la posibilidad de convivir con bebés y recién nacidos sabrás que durante la noche es común que los niños lloren o despierten gritando a mitad de un sueño. Hasta ahora esto nos paría bastante normal, pero no es tan así.
Un grupo de científicos de la Universidad de Barcelona, España, quiso saber la verdadera explicación de este fenómeno, por lo que juntó varios médicos, pediatras e historiadores para que dieran una visión objetiva o una teoría que pudiera dar un por qué al llanto del bebé. Al no encontrar respuestas, decidieron incluir en su investigación a representantes de diferentes religiones, pues una de las hipótesis incluía fuerzas sobrehumanas.
Después de varios estudios, el grupo de investigación coincidió que el llanto de un bebé a la media noche podría referirse a que el pequeño ha sentido una presencia espiritual malvada, la cual desea una cosa en particular: Apoderarse de algo que el bebé posee, su alma pura.
Este supuesto ser actúa únicamente cuando el bebé se encuentra desprotegido, por lo que al llegar los padres, este desaparece. De acuerdo a los investigadores este fenómeno desaparecía cuando los niños comenzaban a hablar, puesto que de ahí comienza su conciencia a funcionar y tienen el poder de denunciar a estos espíritus.
El equipo de investigadores analizó más de 200 casos de niños de entre 1 mes y 2 años de vida, observaron su conducta nocturna y se ayudaron con herramientas específicas que son capaces de registrar vibraciones, energías ajenas y presencias sobrehumanas, descubriendo que cosas extrañas como marcas en los niños y en sus habitaciones eran recurrentes, al igual que sonidos guturales entre otros. También esto explicaba que el primer dibujo de los niños investigaban eran líneas que asemejaban una silueta extraña, la cual era esos seres que habían visto.
La Universidad de Barcelona, decidió difundir esta investigación en los medios, pero el asunto fue censurado puesto que era un tema tan delicado que pocos aceptaron hablar del tema.
Pero lo que se puede aconsejar es no ignorar un bebé llorando a mitad de la noche, tranquilizar al lactante y si es posible, hacerlo dormir en la misma pieza que los padres hasta que tenga la edad suficiente para declarar lo que ve.
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