Ella es Hannah Koestler de Warwick, Reino Unido, en un período llego a pesar tan solo 31 kilos, lo que casi significo su muerte debido a su avanzada enfermedad de desórdenes alimenticios como lo es la anorexia.
Hannah quiso compartir su historia ya que en un momento estuvo tan grave, y literalmente al borde de la muerte, que tuvo que ser internada y conectada a un tubo de alimentación porque su cuerpo ya no resistía más.
“La anorexia es muy cruel porque enferma el cuerpo y la mente. Espero que mis imágenes puedan impedir que otras personas desarrollen este desorden alimenticio e inspiren también a pedir ayuda. Cuando miro las viejas fotografías me traen recuerdos de lo que sufrí, pero nunca he estado tan feliz como ahora y quiero que la gente lo sepa”, dice Hannah a la británica The Sun.
De acuerdo con la información de The Sun, la chica comenzó a sufrir la enfermedad por la ansiedad que le producía el cambio constante en su vida, debido a que cada cierto tiempo debía vivir en diferentes países y cambiaba de escuela y amigos y que de a poco fue descontrolando su alimentación.
Dice “comencé a comer muy saludable, comida no procesada y evitar la comida chatarra, Pero cada vez empecé a ser más selecta, hasta que llegué a eliminar todas las grasas y comer muy pocos carbohidratos. Después de un tiempo, sólo comía vegetales y tofu”
En tan solo 2 meses bajo 33 kilos, de 64 a 31, el cambio fue impactante, al notar esto sus padres la llevaron al doctor, el cual le diagnosticó anorexia nerviosa. Luego de eso Hannah comenzó el tratamiento con el apoyo de sus padres, sobre todo el de su mamá.
“El doctor le dijo a mi mamá que ella me tenía que cocinar y asegurarse de que yo me comiera todo. Le agradezco profundamente su ayuda incondicional”, y para cuando logro sentirse mejor y recuperada, le pidió a sus padres que le dejaran vivir sola en Austria, sin embargo, dice que fue lo peor que pudo hacer.
Y es que apenas dejó a sus padres, comenzó nuevamente a restringirse con las comidas, ingiriendo solo 100 calorías diarias y regresó a su mal estado de antes. Su abuelo que cuidaba de ella en Austria, se asustó al no saber nada de ella por varios días y llamó a la policía. Cuando los oficiales llegaron a casa –forzando la puerta- la encontraron grave.
Después de ese último episodio, Hannah paso casi 1 año en una clínica de recuperación, donde se educó sobre la importancia de la comida y la nutrición en su cuerpo. Al mismo tiempo, que se preparaba para entrar a la universidad. Y en septiembre de 2014 entró a la Universidad de Warwick en Inglaterra para estudiar Ingeniería.
Actualmente ella es un ejemplo de inspiración para muchas personas en redes sociales que sufren el mismo trastorno. La joven decidió compartir su historia para hacer consciente a los jóvenes. Tiene más de 120 mil seguidores en Instagram y seguido recibe mensajes de personas que están padeciendo lo mismo que ella sufrió.
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