Desde que somos pequeños estudiamos en biología, que nosotros nacemos con XX para la mujer y XY para los hombres y que más tarde, en la pubertad, son las hormonas sexuales las encargadas de formar nuestra experiencia física.
Pero, ¿qué pasa cuando nuestra biología, identidad de género y apariencia física no coinciden entre sí? Y lo que es aún peor, si ¿Esta incongruencia nos es impuesta?
Es el caso de este niño que fue criado como niña
Los gemelos Bruce y Brian Reimer nacieron como 2 varones completamente normales en el año 1965 en Canadá. Sin embargo, a sus 7 meses, empezaron a tener problemas para orinar y, siguiendo el consejo de los médicos, los padres Janet y Ron Reimer, decidieron practicarle la circuncisión.
A los pocos minutos de haber sido intervenido Bruce, los médicos le dijeron a la familia que habían usado un bisturí eléctrico y que este había fallado en la potencia, y que dado eso, se había destruido por completo su pene.
La familia quedo en shock y decidieron cancelar la operación de Brian, marchándose a casa.
Luego de varios meses sin saber qué hacer, la familia decidió consultar al doctor John Money, un psicólogo especializado en cambios de género que inmediatamente vio en ellos la oportunidad de probar su teoría.
Según Money, la biología no era tanto lo que determina nuestro género, sino la forma en que somos criados (recordemos que hablamos de los años 60). Pero los gemelos constituían para el doctor el perfecto conejillo de indias.
Money aseguraba que Bruce crecería más feliz si creía realmente que era niña que creciendo como un hombre sin pene, y así lo hizo ver a sus padres.
Cuatro meses después Bruce se convertiría en Brenda, luego de someterse a una cirugía de castración y reconstructiva a los 17 meses de edad.
El psicólogo explicó a los padres que nunca debían decirle a Brenda ni a su hermano gemelo que había nacido como varón, si querían que el cambio de sexo fuese un éxito. El doctor haría el seguimiento del caso y si resultaba exitoso era la prueba de que el tipo de crianza puede invalidar la biología.
En el transcurso de los años, el psicólogo seguía el caso y a los 9 años publicó sus primeras observaciones:
“La niña tiene muchas características de ‘marimacho’, una abundante energía física, un alto nivel de actividad y rebeldía. A menudo es la que domina en un grupo de niñas. A pesar de ello, nadie más sabe que Brenda es la niña cuyo caso están leyendo en los medios. Su conducta es tan normal como la de cualquier niña y difiere claramente de la forma masculina en cómo se comporta su hermano gemelo.”
El doctor consideró que había sido todo un éxito hasta que Brenda llegó a la pubertad y empezó a mostrar sentimientos suicidas y a tener problemas para relacionarse con otros adolescentes.
“Era una niña muy, muy, muy sola. Era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla para que hiciera cosas de chicas. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola”, declaró la madre Janet.
El doctor creyó que sería solo una fase, pero los padres ya no estaban tan convencidos y decidieron dejar de consultarlo. Y el doctor hacia énfasis en que no les contaran la verdad.
Los Reimer confesaron la verdad a los gemelos acerca del accidente, la castración y la crianza como niña. Luego de semanas, Brenda decidió someterse cirugía y volvió a ser hombre, llamándose David Reimer, rehízo su vida, se casó y aunque no pudo tener hijos, fue el padrastro de 3 hijos e su esposa.
Trágico final
El secreto fue un duro golpe que nadie en la familia pudo recuperarse de ello y cuando David se enteró que había sido protagonista de un popular estudio científico, lo tomó muy mal. No podía asimilar que servía para un estudio de niños hermafroditas o personas sin pene.
Entró en una profunda depresión que le hizo perder el trabajo y a su esposa. Luego su hermano moriría de una sobredosis en 2002 y David se hundió aún más.
Dos años después, David decidió con 38 años de edad, decidió quitarse la vida.
Una vez fallecido los gemelos, el anonimato sobre el caso se destapó, viendo que el cambio de genero había sido un fracaso, y en su momento se llegó a revisar y concluyendo que el momento de la elección del cambio de sexo sea en la adolescencia.
“Ahora, los tratamientos y seguimientos se llevan a cabo a través de equipos multidisciplinarios bien entrenados, donde los padres también están muy implicados”, afirma la Dra. Polly Carmichael, experta del Hospital Great Ormond Street de Londres.
¡El niño es quien decide sus emociones! Y tristemente lo sabemos hoy gracias a David
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