La vida es un verdadero misterio, y cada vez nos puede sorprender más. Esta es la historia de Allen Pursley, cuando él supo que su esposa (veterinaria) rescató a una ardilla que se cayó de un árbol, al principio no estuvo muy de acuerdo, pero lo que nunca se imagino es que la ardilla y él desarrollarían un lazo muy especial.
Como Allen trabaja desde casa, él era quien se quedaba al cuidado del pequeño, y al abrir por primera vez sus ojos, Allen fue a lo primero que vio, la conexión fue instantánea.
La bautizaron como “Rocky” pero le contó a The Dodo que también le dice “ardilla mala” cuando la ardilla hace travesuras dentro de casa.
Tras ocurrir un tiempo, Rocky debía volver a su hábitat, pero, cuando Allen pensó en liberarlo, se dio cuenta que lo había “criado” tanto en casa que, si lo soltaba ahora, ya no estaría preparado.
Hubo un día en que una ardilla del “mundo exterior” se asomó a la casa de Rocky y cuando esta se acercó, el animal salió corriendo.
Pero, eso no le afecto, ya que lo esperaban los brazos de su dueño y solo su dueño.
Y aunque también hay dos perros y un gato, Rocky se ha adaptado muy bien, y hasta juega con ellos
“Tiene el temperamento de un gato” cuenta Allen
Hoy vive feliz con s humano, cumplió 2 años y él ha decidido construirle una pequeña casa en el árbol para que tenga más contacto exterior.
Se quedará en brazos de su humano, ¡por siempre!
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