Uno de los casos más sonados y sorprendentes que se han registrado en la colonia británica ha sido el de Mary Bell, una niña psicópata que con 11 años fue condenada por el asesinato de dos niños y en 1968 fue condenada, ella estranguló y luego marcó su cuerpo con sus iniciales.
La historia de esta niña se convirtió en una de las más impactantes en Inglaterra y sirvió como base para tratar legal y psicológicamente casos como estos.
Terribles primeros años
La vida de esta pequeña no fue fácil, ya que partió naciendo bajo una trabajadora sexual que no quería ser madre de 16 años. La adolescente madre nunca quiso a la niña, y cuando nació dijo a,los médicos: “saquen esa cosa de mi lado”.
Betty su madre, detestaba tanto a Mary que nunca cuidó de ella, comenzó a maltratarla desde sus primeros años y hasta intentó asesinarla en varias ocasiones haciéndolas pasar como accidentes.
Una vez que Mary fue creciendo, la madre la incorporó a su negocio sexual, por lo que a sus 4 años la hacía observar y luego participar en en pervertidos actos sexuales con clientes e incluso con otros niños.
Fue solo cuestión de tiempo para que Betty vendiera la virginidad de su hija de 8 años y posteriormente la ofreciera a su clientela. Mary comenzó a ser abusada, incluso por su madre.
Mary psicológicamente trastornada crece día a día y aprende a descargarse torturando animales que encontraba en la calle.
Crímenes
Un día antes de que Mary cumpliera los 11 años, una horrible muerte aconteció en Newcastle. Se trataba de un niño de 4 años llamado Martín Brown que fue encontrado muerto en una casa abandonada cerca de un parque infantil.
El pequeño era hijo de los vecinos de Mary, quienes creyeron que la muerte había sido accidental, sin embargo, posteriormente la autopsia revelaría que el niño había sido asfixiado y luego golpeado con un objeto contundente en su cabeza.
A los poco días de la muerte de Martín, Mary no parecía tener remordimiento, y así entró en una guardería junto con su amiga Norma, destrozaron el lugar y dejaron una nota que decía; “Yo asesiné… así que tal vez vuelva”. escribió. La policía lo consideró una broma y no le dio mayor importancia.
Dos meses después de la muerte de Martín, Mary volvió a asesinar. Brian fue descubierto en el suelo, había sido estrangulado, y en su abdomen tenía marcas con las iniciales MB, de Mary Bell.
Mary tenía unas tijeras que usó para cortarle el pelo a Brian y también sus genitales. Según Norma, Mary la llamó para que presenciara el crimen, sin embargo, cuando vio lo que sucedía, le rogó que se detuviera, al no hacerlo, Norma huyó del lugar.
Las niñas pasaron a ser sospechosas, y la familia de Brian recordó que Mary molestaba al niño y después comenzó a acosarlos preguntándoles si extrañaban al niño.
Veredicto
Durante las interrogaciones, Mary confesó el asesinato, sin remordimiento aparente, así explica un artículo de la época de BBC, donde reconoce haber estrangulado “únicamente por el placer y la emoción de matar”.
Días después encontraron el diario de Mary donde narraba con lujo de detalles los crímenes, por lo que fue sometida a evaluación psiquiátrica antes de dar el veredicto.
Se dictaminó que Mary tenía rasgos psicopáticos, por lo que el jurado la declaró inocente de homicidio, pero culpable de homicidio involuntario y condenada a cadena perpetua. su amiga fue absuelta.
Mary fue enviada a un centro educativo, mientras que su madre comenzó a hacer dinero con la historia, vendió la historia a los medios y concedió entrevistas a todos los programas que le pagaran.
Nueva vida
En 1980, a sus 23 años Mary fue librada y se le concedió un nuevo nombre para que pudiese vivir en paz con su hija recién nacida.
La Nueva identidad y domicilio fue descubierto por los reporteros quienes provocaron que Mary y su hija tuvieran que salir de su casa con una sábana en la cabeza y a su hija le tocó enterarse de los crímenes de su madre, de los cuales no tenía idea.
Bell regresó a la polémica en 1998 cuando colaboró en un libro que contaba su historia “Las familias de Martin Brown y Brian Howe nunca tuvieron el privilegio de permanecer anónimas y justo cuando estaban aprendiendo a vivir con los asesinatos de sus hijos 30 años antes, el libro de Bell fue puesto a la venta, sin previo aviso a las familias”. dijo a BBC, el vocero.
“No se impusieron condiciones. Ella [Mary Bell] ha hecho un montón de dinero gracias a esto y debería haber reglas para que no lo haga nunca más”, dijo Sharon Richardson, hermana de Martin.
En el 2009 se convirtió en abuela y hasta ahora se le ha perdido la pista.
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