La joven Junko Furuta es una de las historias más pertubadoras de Japón, en el año 1981, esta historia marcó la historia del ser humano como uno de los mayores ejemplos de brutalidad de la cual es capaz.
Esta pobre niña tuvo que vivir 44 días de infierno antes de finalmente morir, ella era una estudiante común y corriente de 16 años, vivía en Misato, un pueblo cercano a Tokio.
Jo Ogura era miembro del escalafón más bajo del Yakuza, la mafia japonesa, pero igualmente era suficiente para darle cierta alcurnia entre sus amigos, que aspiraban lo mismo, y todos tener a sus padres aterrorizados.
Uno de los compañeros de escuela de Junko, llamado Miyano Hiroshi estaba obsesionado con ella y cuando Junko rechazó su interés, Miyano la señaló a sus amigos, entre los que estaba Ogura.
Lo que paso después de esto, aún no esta claro, y se establecen muchas hipótesis alrededor, ¿sería un impulso sádico de un grupo de ebrios? ¿estaba planeado? ¿fue Miyano el de la idea o es que Ogura quiso vengar a su amigo?
La joven fue raptada cuando iba camino a la escuela y la llevaron a casa de Ogura en Tokyo, donde fue obligada a llamar a su casa y decir que se estaría quedando en casa de una amiga.
Junko Furuta soportó dolor y humillación durante 44 días en los que estuvo cautiva, y ningún ser humano se merece algo tan atroz. estas fueron algunas cosas de las que sufrió antes de morir:
- La mantuvieron desnuda todo el tiempo.
- La violaron constantemente, diferentes personas, con diferentes objetos.
- Fue penetrada con fuegos artificiales que eventualmente prendieron, produciéndole terribles quemaduras.
- Quemaron toda posible parte delicada de su cuerpo con cigarrillos, incluyendo sus párpados.
- La golpearon con diferentes objetos y contra diferentes superficies.
- Dejaron caer rocas y pesas sobre ella hasta romper todos los huesos de sus manos.
- La colgaron del techo y la usaron como bolsa de arena.
- Después de tratar de llamar a la policía, sin éxito, fue castigada quemándole los pies.
- Se estima que alrededor del día 30, el daño a su cuerpo habría sido tal que el tamaño de su cerebro se redujo.
Cumplido el día 44 habría hecho enfadar a sus captores y decidieron prenderle fuego a sus piernas, brazos cara y estómago.
Después de un inigualable sufrimiento, su cuerpo no soportó más y Junko Furuta finalmente pudo descansar.
Los asesinos ya habían planeado lo que harían cuando muriera y metieron el pequeño cuerpo de Junko en un barril de concreto húmedo.
Su cuerpo delató a los criminales posteriormente.
Una vez que la encontraron, su estado conmovió y estremeció a todo Japón y se realizaron pruebas exhaustivas, sus agresores estaban muy confiados que no intentaron borrar ninguna huella y pronto fueron identificados:
- Miyano Hiroshi (quien actualmente vive como Yokoyama Hiroshi).
- Jo Ogura (actualmente vive como Jo Kamisaku)
- Shinji Minato (algunas fuentes se refieren a él como “Nobuharu Minato”)
- Watanabe Yasushi
Además se encontraron muestras de miembros del Yakuza: Koichi Ihara y Tetsuo Nakamura.
La policía identificó a los secuestradores y asesinos directos y fueron llevados a la justicia.
Sin embargo, la tragedia no tuvo fin, para sorpresa de todos, ninguno de los hombre fue declarado siquiera a cadena perpetua y muchos de ellos ahora se encuentran en libertad.
Lo tétrico y macabro del caso llamó la atención de los medios, los cuales han hecho de películas hasta cómics de él, pero la versión más fidedigna es un documental (1989) pero sólo se puede encontrar en japonés.