El regalo de Sophie Maxwell, una niña de solo 3 años de edad que se encontraba condenada a morir, puesto que no se encontraba un donante de corazón para ella, y su estado cada vez empeoraba más.
Sophie desde que nació ha vivido en hospitales, entre operaciones quirúrgicas y conectada a máquinas que la sostienen, además una operación a corazón abierto.
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La cicatriz de su pecho es la huella de lo que ha sufrido, pero también de lo que ha batallado.
Junto en los días próximos a navidad, la familia recibió la terrible noticia de que la niña necesitaría un transplante del corazón, pasó casi un año y no llegaba el órgano. Todos comenzaban a perder las esperanzas.
Los médicos sugirieron terminar con la agonía; suspender la medicación y desconectarla, pero sus padres se negaron y llegó de nuevo Papá Noel y decidió premiar a la niña.
Sophie fue intervenida y le transplantaron un corazón. Su recuperación fue buena y pronto recobró su color y energía.
Sus padres recobraron la fe y hoy agradecen todo, además los médicos ofrecen muy buenos pronósticos.