Siempre asociamos que una especie salvaje no puede convivir con otra. Y menos si estamos hablando de una especie muy salvaje como lo es el lince. Pero para eso está la naturaleza, para mostrarnos que a veces estamos muy equivocados.
Y éste es el mejor ejemplo de un gato doméstico que tuvo la osadía de pasar por todos los controles y llegar hasta la jaula de un lince. Al menos no se equivocó con otro animal y decidió visitar a su primo lejano.
Este hecho ocurrió en el Zoológico de Leningrado en San Petersburgo, Rusia. Y se cree que el minino se sentía atraído por el alimento del animal silvestre.
Por fortuna, el felino salvaje no se hizo problema con la visita y se dejó querer por su visita. Y el gesto fue recíproco como muestra de afecto entre ambos.
Los encargados del lugar pudieron filmar desde el otro lado del vidrio y no podían creer lo que veían sus ojos.
Te dejamos el video para que puedas disfrutar del momento:
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