Nunca en mi vida hubiera imaginado que un pez no podría nadar. Pero, lamentablemente, estos seres también tienen algunas limitaciones y, lo triste, es que en la vida animal actúa la ley de la supervivencia, si no son apto para sobrevivir…lamentablemente, mueren.
Pero el dueño de este pececito dorado, cuando notó que su mascota estaba teniendo problemas para nadar decidió hacer algo al respecto y no esperar que muriera por su cuenta.
Es por esto, que le construyó una silla de ruedas hundible, que con ayuda de un corcho, mantiene el pez a flote y le permite nadar y realizar su vida de manera…normal. ¿No crees que es adorable?
Pero, para mi extrañeza…este caso no es del todo extraño, pues existe una versión no artesanal de este instrumento, hecha por veterinarios, para ayudar a los pececitos que no se pueden mantener a flote por su cuenta.
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