Aunque No Lo Creas Las Personas Impuntuales Tienes Buenas Razones Para Serlo

La consultora de Gestión, Diana DeLonzor, dice que: “La mayoría de la gente impuntual llega tarde siempre y a todas partes, sin importar si les gusta el lugar donde van o no”.

“El tema de los retrasos está sorprendentemente poco estudiado. Sin embargo, un número determinado de científicos afirma que algunas personas están programadas para llegar siempre tarde. Este problema esta profundamente oculto en el cerebro”, dice.

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Si tú eres de esos que les es imposible llegar a la hora, imagino que has recibido más de una vez una reprimenda o una cara de disgusto. Pero debes tener claro que esto no ocurre porque sean flojo o simplemente no te importe la persona que está esperándote. Es implemente parte de lo que eres como personas, aunque esto no significa que puedas trabajarlo.

 

La gente que siempre llega tarde tiene una visión optimista acerca de la vida

Muchas personas llegan constantemente tarde, no porque sean egoístas o no respeten el tiempo de los demás. Este retraso es un efecto secundario de un simple optimismo. Así lo afirma la autora de las publicaciones de la edición Quartz, Georgia Frances King.

La gente que llega tarde, en realidad, es más optimista. Cree que durante un cierto período de tiempo hará más que los demás.

Este optimismo les falla a menudo cuando es necesario evaluar de manera realista el tiempo durante el cual deben llegar al aeropuerto o entregar un artículo, pero vale la pena a largo plazo.

Los científicos descubrieron que el optimismo es muy bueno para la salud, ayuda a tolerar mejor el estrés, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y fortalece el sistema inmunológico. En general, cuando una persona se siente feliz y piensa en positivo, vive más tiempo.

La capacidad de pensar de manera positiva es muy importante a la hora de lograr objetivos personales. Los estudios demuestran que las personas felices trabajan más, piensan de forma creativa y saben trabajar en grupo.

Un estudio de la Universidad Estatal de San Diego demuestra que las personas del tipo B, es decir, no organizadas (lo que implica llegar con retraso), se comportan de una manera más tranquila y relajada en circunstancias inesperadas. No sufren por pequeñas dificultades y se concentran en lo más importante. En otras palabras, ven que el futuro está lleno de infinitas posibilidades.

El tiempo es relativo y la puntualidad no se aprecia en todas partes

Es importante entender que el concepto de la puntualidad es relativo. En diferentes culturas las palabras “a tiempo“ y ”tarde” tienen diferentes significados e implicaciones. En EE.UU., por ejemplo, el retraso se percibe como un signo de mala educación, o incluso como un insulto. Cuando las personas llegan tarde, los estadounidenses piensan que éstas valoran más su tiempo que el suyo. Y el tiempo, como se sabe, es dinero.

Pero cuando se trata de Europa, allí el concepto del tiempo cambia mágicamente. Por ejemplo, en Alemania, donde la eficacia se valora por encima de todo, a la puntualidad se le otorga una gran importancia. En España, los retrasos se perciben de una manera más tranquila, porque cada uno vive acorde a su propio reloj. Lo más importante es no olvidar que la cena comienza a las 22:00. Y en algunas partes de América Latina, la puntualidad no tiene tanta importancia.

“La puntalidad“ no significa ”eficiencia”

Se cree que los retrasos perjudican el desarrollo económico y la jornada laboral, estrictamente de 09:00 a 18:00, para apoyar el crecimiento de las empresas y los países. Sin embargo, todo el mundo sabe que cuanto más tiempo pasas en el trabajo, menor será la eficiencia y, por lo tanto, el argumento anterior pierde su fuerza.

La gente y la sociedad en general necesita que haya un equilibrio saludable entre la puntualidad y los retrasos. El horario que rige el funcionamiento laboral es importante, pero la violación del mismo no es el fin del mundo.

 

La gente que siempre llega tarde sabe mejor qué significa vivir “aquí y ahora”

Las personas que son propensas a llegar tarde, de camino al trabajo, seguramente, pararán en una plaza para oler las rosas. Y los absolutamente puntuales, que siempre pasan corriendo, podrían aprender mucho de los otros.

Por ejemplo, que es imposible planificar todo. No se puede depender demasiado de los horarios y rutinas, eso no deja tiempo para disfrutar de la vida en su originalidad y lo imprevisible de ella.

 

¿Estás de acuerdo con los estudios?

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