La vida es muy curiosa y da vueltas que jamás imaginamos. A veces, tenemos todo planeado pero cosas que no esperamos suceden y todo cambia. Estos padres esperaban con ansias a su bebé. Querían que pronto naciera, porque una familia llena de amor iba a recibirlo para darle lo mejor en esta vida.
Oana y su esposo Alex de Carrickfergus en el Norte de Irlanda tenían una hija de 5 años que se llamaba Emma. Cuando Oana quedó embarazada por segunda vez, la felicidad fue enorme. Era un bebé muy deseado.
El bebé que se llama George era el orgullo de toda la familia. Pero tan solo 3 meses después de su nacimiento reciben una noticia que les causa un fuerte shock emocional: El pequeño niño tenía leucemia.
Su frágil cuerpecito tuvo que soportar el fuerte y duro maltrato de la Quimioterapia. Y a pesar de ello este pequeño no perdía el brillo en sus ojos y la felicidad por vivir y sentirse amado en esta familia. Aunque muy pronto todo se convertiría en la peor pesadilla que unos esperanzados padres, puedan ver tornarse en realidad: Para el pequeño George no había ninguna oportunidad de sobrevivir la terrible enfermedad.
En las últimas 2 semanas, la familia completa se mudó a vivir al hospital infantil, para poder estar al lado del niño acompañándolo en sus días finales. Solo fueron 165 días los que esta familia pudo disfrutar tener en sus vidas a este siempre feliz y sonriente bebé. “Ahora podemos dejarlo ir en paz, sin dolor, sin angustia”, recuerda su madre Oana. “Lo vimos partir, le cantamos y sostuvimos sus pequeñas manitos mientras se despedía de este mundo y de nosotros”.
Aunque George solo estuvo unos cuantos días en el mundo, el recuerdo de sus reacciones, sus emociones, “gemidos” y más quedaron hondamente marcados en la memoria de esta familia. Que llena de amor y de dolor al mismo tiempo su madre describe hablando de su diminuto ángel.
“La vida que George nos entregó nos hizo mejores personas, y su muerte de alguna manera también. La vida fue después de él mucho más difícil, pero tenemos que seguir adelante y aguantar, buscando superar una pérdida indescriptible en nuestras vidas. Solo pudo vivir 5 meses, pero en este tiempo George no enseñó a tener paciencia, amor y valor. Por sobre todo, apreciamos haber podido vivir tan especiales momentos a su lado, que no cambiaríamos por nada en este mundo”
A pesar que la familia de George lleva la tristeza en sus corazones todos los días, están agradecidos por cada uno de los inolvidables momentos a lado de su pequeño bebé que tanto les entregó. Esos 165 días llenos de amor fueron lo mejor que pudieron tener en el mundo.
Muchas personas viven experiencias fuertes, comparte esta historia de valentía y amor con todos.
