Si te pidieran describir a Cleopatra, ¿cómo lo harías? Seguramente dirías que es una verdadera belleza, y cuando describas sus facciones probablemente mencionarías las de las actrices occidentales que la han interpretado: quizás tenía la mirada de Liz Taylor, la boca de Monica Bellucci o la figura de Vivian Leigh.
Pero Sally-Ann Ashton, una egiptóloga de la Universidad de Cambridge, pasó un año entero reconstruyendo la apariencia de la famosa faraona, y no se ve nada como la gran Liz Taylor.
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La experta analizó la genealogía de Cleopatra las esculturas y reproducciones de decoraciones de templos en Dandara (banco oeste del Nilo, en Egipto), así como su perfil en antiguas monedas.
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La egiptóloga concluyó que la nariz de Cleopatra era muy grande, sus labios eran muy finos y su quijada era puntiaguda. La legendaria mujer tenía un color de piel oscuro y un cuerpo que no respondía a los estándares de belleza de nuestro tiempo y cultura. Su altura era de 1,52 metros y tenía sobrepeso.
Alguna vez el historiador griego Plutarco dijo que la Reina de Egipto no era hermosa, pero que era capaz de embrujarte con su discurso. Y al parecer tenía razón.
Esta exquisita mujer podía conquistar a cualquiera con su habla, su voz y su personalidad.
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