Contrataron A Una Fotógrafa Para Recordar Su Boda Y Se Dedicó A Tomarse Selfies

Una boda necesita de mucha preparación para recordar ese especial día por el resto de la vida. Los trajes, el lugar de la recepción, la decoración, el menú, la torta y para capturar el momento, el fotógrafo, dedicado exclusivamente a hacer las mejores tomas para que los novios puedan quedarse con la mejor selección del día mas importante.

 

Pablo y Chareen Whatley son una pareja de Leeds, Gran Bretaña, quienes celerarían su boda en septiembre de 2015. Para ello contrataron los servicios de una fotógrafa a quien contactaron por Facebook, confiando que sería una experimentada profesional, por lo que le pagaron 710 dólares por tomar las fotos que serían su más preciado recuerdo.

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Lamentablemente, Chloe Johnston, la fotógrafa de solo 22 años, no era muy profesional. La joven luego de recibir el dinero, desapareció, únicamente confirmando que se presentaría momentos antes del gran evento, cosa que no cumplió, ya que llegó 45 minutos tarde al lugar de la ceremonia, sin iluminación y solo con una cámara digital semi-profesional.

Durante la sesión de fotos post ceremonia, la novia tuvo que aparece sola, ya que la joven insistió en tomar las instantáneas en un bosque, por lo que el novio quedó fuera al no poder seguirlas por un problema en su rodilla, además de estropear el vestido de la novia.

 “Se llevó a mi mujer, y aunque le sostuvo el vestido mientras caminaban por el terreno lleno de charcos, de todos modos se le rompió y quedó cubierto de lodo; nos costó 284 dólares limpiarlo” Cuenta Pablo.

 

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Luego de unas semanas, la feliz pareja recibió el resultado de la sesión fotográfica de su boda. Tal fue su sorpresa al ver que Chloe les entregó sólo 15 fotografías de una calidad horrible que capturaban momentos de la ceremonia, sesión y recepción. Fotos que además de ser parecer haber sido tomadas por un niño, en muchas aparecía ella en la cabina de fotos destinada para los invitados.

 “Chloe nos dijo que era una profesional y que estaba empezando como fotógrafa de eventos. Fuimos demasiado confiados”

 

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Al quejarse de la mala calidad y horribles tomas de las imágenes, con la fotógrafa, la joven no respondió. Le pidieron que le regresara le dinero, Chloe se negó rotundamente, descargándose en su Facebook y continuar ofreciendo sus servicios de “fotografía”

 

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“La mayoría de las fotografías son terribles, muchas no se tomaron adecuadamente” Dice Pablo.

 

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“La chica arruinó el día de nuestra boda al no tomar buenas fotos que nos recuerden ese día especial. Las fotos son pésimas y no se pueden sustituir, no se pueden hacer de nuevo las fotos, es tan decepcionante”

 

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Tras no recibir una respuesta clara de la fotógrafa, la pareja emitió una demanda contra la joven, sosteniendo que el trabajo resultante no era lo que ella había ofrecido. En la corte la joven explicó al juez que era feliz con su trabajo, y que si la pareja quería algo de mejor calidad deberían haber contratado un profesional, no una estudiante.

 

La corte decidió que Chloe debía reembolsar los 710 dólares que los Wheatley habían pagado, más un 49 dólares por costos en los trámites en la corte, en total 860 dólares que la joven se negó a pagar, por lo que la pareja tuvo que contratar agentes judiciales para recuperar su dinero.

 

“Aunque sea demasiado tarde para nosotros conseguir buenas fotos, por lo menos podemos advertir a otros para contratar a un fotógrafo profesional”

 

Pese a que la pareja pudo recuperar su dinero, jamás podrán reemplazar los recuerdos que pudieron haber sido tomados de haber contratado alguien con más experiencia y profesionalidad.

 

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