Probablemente, todos hemos sentido esa sensación de nostalgia al ir creciendo y tener que dejar de hacer las cosas que siempre hacíamos cuando éramos más pequeños. Ya sea jugar con Barbies o ver tele sin mayores preocupaciones.
En el caso de la historia de esta chica, Chelsea Herline, cuando era pequeña ella dejó pasar la diversión de pasar 4 días en Disney World, gracias a un ticket que su padre le había regalado. Claro…me imagino que, debes estar preguntándote por qué esta chica dejó pasar esta increíble experiencia y no ocupó el boleto.
No imaginarás el inesperado final de esta historia.
La joven Chelsea, cuenta que cuando era pequeña, sus padres tenían un negocio en Orlando, Florida, por lo que siempre la llevaban junto a su pequeña hermana al mágico parque de diversiones. Lamentablemente, cuando su papá le dio el ticket para 4 días, había enfermado por lo que nunca pudo ocuparlo.
“Tenemos muchos recuerdos de ahí, muchas fotos. Pero en su momento, sí me molestó no poder aprovecharlo. Ahora, yo y mi hermana estamos grandes y desde que somos chicas que ya no vamos”, comentó Chealsea.
Finalmente, pasaron los años y después de 22 de estos, el papá de Chealsea encontró el ticket, que con el tiempo se había perdido. Como son las cosas de la vida, el boleto decía que aún era válido pero la fecha de caducación era justo el día que lo había encontrado.
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Chealsea, asegura que nunca supo en realidad por qué lo guardaron por tanto tiempo, pero se sintió realmente feliz con el hecho de que lo encontraran.
Es por esto que, aún dudosa de que el boleto funcionara, se dirigió lo más rápido que pudo al parque y, para sorpresa de muchos, el boleto aún funcionaba, para ese día.
La chica que la atendió en la boletería le dijo que nunca antes había visto una entrada de Disney tan vieja, pero después de que chequear con el gerente, la dejaron entrar e, incluso, le dieron una divertida chapita que decía “Primera Visita”.
¡Finalmente, Chelsea vivir ese día que siempre añoró!
Esto solo muestra que nuestro niño interior nunca, pero nunca muere 🙂
¡Recuerda compartir esta genial historia!