Hablar de esto, se me hace completamente difícil, pero tengo que hacer algo para aliviar mi corazón.
Con mi esposa, hemos tenido que sobrevivir a tantas cosas durante los últimos 35 años. Tuvimos bellos hijos y cada uno de ellos tiene un matrimonio fuerte y grandes trabajos. Todo eso, es gracia a mi esposa quien por todos estos años, oraba por ellos.
Al jubilar, ambos decidimos invertir en un negocio y por suerte, todo salió muy bien. Nunca habíamos tenido tanto dinero antes, en esos momentos yo sentía que estaba flotando en las nubes.
Toda mi vida había cambiado, en esos momentos, me invitaron a convertirme en miembro del “club de los multimillonarios”, ¿qué más podía desear, no?
Fue en ese momento, que comencé a sentir que una sola mujer era muy poco para mí, a pesar de haber vivido tantos años con mi esposa y de haber formado todo lo que logramos.
Nos compramos autos lujosos e, incluso nos mudamos a un sector más privilegiado. Poco a poco, comenzaron a invitarnos a eventos privados y alrededor mío, solo veía jóvenes y bellas mujeres, todos mis amigos eran acompañados por mujeres encantadoras…
Las chicas me miraban, de tal manera que yo literalmente me derretía. Hablaban de cosas que me hacían sentir en la cima del mundo. Gastaba y gastaba dinero, sin control.
Poco después, conocí a Dolly, una joven chica muy guapa y sensual. Me parecía que estaba dispuesta a todo y yo no pude aguantar. Pero esta chica, tenía una sola condición: tenía que casarme con ella.
Mi primera mujer, siempre me apoyó siente ante todo, y jamás me hizo sufrir. Ella hizo que nuestros hijos se convirtieran en personas exitosas y felices. Todo es por mérito suyo y yo… yo no sé cómo pasó esto. No lo puedo explicar.
Un día, Dolly me invitó a casa para que conociera a su madre. Ella, era de la misma edad que mi esposa y preparó una cena realmente maravillosa. A medida que la cena avanzaba, ella comenzó a explicarme sobre su preocupación por su hija, y comenzó a ponerme condiciones. La madre de Dolly, era divorciada por lo que ella y su hija, me dieron un plazo de 3 meses para que me divorciara de mi esposa y resolviera mis asuntos, de lo contrario, jamás podría a ver a Dolly denuevo. Realmente no recuerdo, si prometí o no hacerlo como ellas querían.
En casa, comencé a culpar a mi esposa de todo, comenzamos a discutir todos los días y hasta empecé a odiarla. Decidí aislarla de su familia, yo le abrí los ojos a los demás sobre sus pecados, entre los que se encontraban su sobrepeso y la fe fanática, incluso, comparé sus oraciones con hechizos y la acusé de tener una relación con el sacerdote.
Mi, ahora, ex esposa, soportó con coraje todos mis ataques, y al final de todo dijo: yo sé lo que pasó y te puedes ir tranquilo a vivir con la mujer más joven, de la que estás enamorado. Fue entonces, que todos se abalanzaron sobre ella. Una vez mi esposa ayudó a mi hermana menor en una terrible situación, e incluso ella golpeó a su salvadora, y le dio la espalda. Yo solo observaba.
Ese mismo día, mi esposa decidió marcharse y no se llevó nada con ella, aunque la mayoría de las cosas le pertenecían. Incluso, logré convencer a mis hijos de alejarse de su madre, a pesar de que al principio intentaron interponerse.
Por Dolly, pagué una gran recompensa a sus familiares, sin embargo, por solo 2 semanas me sentí como un rey, es que, ¿quién no estaría satisfecho con una belleza tan sensual como Dolly a su lado? Pero eso es todo, exactamente fueron 2 semanas, y ahora estoy viviendo en el infierno.
Con mi nueva esposa, mis ahorros se evaporan como el agua. Ella es ignorante y cruel, incluso hemos dejado de tener relaciones, comencé a tener problemas de pontencia sexual y creo que tiene una relación con otra persona.
No puedo decirle esto a nadie, pero extraño a mi esposa y su buen corazón. Ahora nadie controla lo que como y hasta tengo ciertas enfermedades. Dolly, no hace nada, vive sentada en casa por días enteros. Dio a luz a un niño, pero tengo dudas de si es mío o no. Estar con él, no me trae la alegría que me trae el hecho de estar con mis hijos y mis nietos.
Ahora, mis hijos se apartaron de mí, y ellos con su madre se llevan bien. Ahora sin mí, se ven cada día mas feliz y joven.
Por Dolly, dejé de relacionarme con mi familia. Hoy estoy en una cárcel, soy como un prisionero: en el alma y en mi casa. He cometido el error más horrible y grande del mundo, pero no puedo decírselo a nadie. Hoy sufro. Sufro y sonrío. Hay cosas que ni si quiera puedo escribir en esta carta.
No es por Dolly, incluso si ella fuera un ángel, ahora me di cuenta de que no se debe querer experimentar la salida del sol con alguien, cuando tu vida ya ha comenzado la puesta del sol. Por más que quiera, no puedo ser ese hombre, hoy no puedo representar a un hombre en la cúspide de su madurez sexual.
Daría todo lo que tengo, por volver las cosas a su lugar. A veces sueño y pienso, en lo bueno que hubiera sido envejecer al lado de quien pasé toda mi juventud. Envidio, con todo mi ser, a esas parejas que logran mantenerse juntos en el matrimonio, en la edad adulta.
Todavía no pierdo las esperanzas de reconciliarme un día con mi esposa, pero ella no quiere aceptarme. Le envío regalos y ella los devuelve. En su corazón, dice que me perdonó pero no quiere volver a tener nada en común conmigo.
Señor, ayúdame…
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