En Enero del 2010, fuimos testigos del terremoto grado 7,0 que remeció el pobre país caribeño de Haití, el que dejó miles de muertos y más de un millar de personas sin hogar. Este hecho hizo que muchas personas alrededor del mundo se viera conmovida por el dolor ajeno y decidiera ayudar.
3 años después del fatídico terremoto, Haití aún no podía volver a levantarse completamente del terrible desastre. Lo haitianos aún necesitaban de los servicios básicos y ayuda médica. Eso motivó a la joven terapeuta de 28 años , Sarah Conque.
En el 2013, Sarah dejó su casa en Luisiana y se fue a prestar sus servicios a Haití, movida por el cariño a los niños con discapacidades del país. Allí comenzó a trabajar en el centro médico infantil Danita.
Un año después que llegara al país conoció a Nika, una pequeña de solo 3 meses de vida, quien llegó donde Sarah por cuidados médicos de urgencia. La menor sufría de hidrocefalia, una acumulación de fluidos en las cavidades del cerebro. Sarah quedó particularmente estupefacta por la actitud de la madre con la pequeña Nika; la joven madre parecía más preocupada por esconder a la menor del mundo que preocupada de los cuidados que necesitaba urgentemente su pequeña bebé. Luego que la madre de Nika se la llevara del centro medico, Sarah no pudo sacarse la menor de la cabeza, así comenzó a buscarla hasta que dio con su paradero 8 meses mas tarde. Nika estaba en un claro abandono y oculta de todos el mundo ya que las discapacidades son estigmatizadas en países como Haití, y la madre de Nika estaba haciendo lo que podía por no ser ridiculizada y avergonzada por sus conocidos. Obviamente, no había recibido ninguno de los cuidados que necesitaba.
Al ver la condición de la menor, Sarah convenció a la madre de Nika llevar a la pequeña a un orfanato donde hacía voluntariado cuando no trabajaba en el centro médico, puesto que la madre de la menor, como la mayoría en Haití, tenia una condición de vida de muy bajos recursos, donde no tenía el dinero ni las condiciones para cuidar a una menor con una discapacidad.
Cuando finalmente Sarah internó a la pequeña, esta tenía 11 meses y pesaba solo 2,7 kgs, la mitad de ese peso correspondía al líquido acumulado. Nika estaba increíblemente desnutrida y sus órganos comenzaban a fallar. Los pronósticos no se veían muy bien. Sarah luchó incansablemente para que Nika fuera atendida por los mejores médicos que pudo encontrar. Así un doctor estadounidense a quien Sarah había consultado la llamó diciendo: “Sarah, ella esta muriendo, no hay nada más que puedas hacer por ella. Reza por un milagro”
Y el milagro finalmente llegó. Pese a todos los pronósticos médicos y pese a toda la negligencia que Nika había recibido. Al principio, la menor era incapaz de beber de una botella y podía solo beber una pequeña cantidad de leche cada ciertas horas. Sin embargo, Sarah la siguió alimentando todo lo que su pequeño estomago podía asimilar. Así, sus pequeños órganos lentamente comenzaron a funcionar nuevamente.
Con el mejor de los cuidados, 99% de los niños diagnosticados con esta condición, mueren al primer año de edad; Sarah no iba a darse por vencida sin haber buscado los mejores hospitales y clínicas por su compleja situación y pronóstico nada alentador. Finalmente encontró a un profesional americano quien volaría todo el trayecto a Haití para tratar a Nika y poder alimentarla mediante entubación, para que al menos pudiera recibir la nutrición adecuada.
Así, en contra de toda lógica médica, la pequeña continuó luchando por su vida y en Febrero del 2015, Sarah pudo obtener la tutela legal de Nika. Con ese nuevo poder legal, Sarah pudo obtener una visa medica para la menor y llevarla a los Estados Unidos. Ambas llegaron a Florida el 19 de Mayo de 2015 y Nika pudo ser operada de una neurocirugía 8 días después, donde una vía fue implantada para drenar el fluído extra y calmar la presión e hinchazón en su cabeza.
Sarah pudo formar una gran red de apoyo para Nika, quienes la ayudan en los cuidados médicos que la pequeña necesita y lo mejor de todo es que todos estos profesionales han aceptado hacer todo voluntariamente y sin ningún tipo de cobro.
2 años después que Sarah y Nika se conocieron, es una bebé completamente nueva. De hecho, Sarah la nombró “pequeña guerrera Nika”. Ahora esta comenzando su terapia física que le ayudará a moverse libremente.
Comparte la historia de esta verdadera “Pequeña guerrera” y su gran historia de amor.