Los fuegos artificiales forman parte de muchas culturas actualmente en el mundo, y son parte de la celebración de muchos, pero debemos ser conscientes del daño colateral que ellos tienen sobre varias cosas.
Tienen un efecto negativo tanto en los animales como en el medio ambiente.
Dado esto, en una ciudad italiana llamada Collecchio ha adoptado una nueva normativa que trata de cambiar los fuegos artificiales ruidosos por otros sin sonido, buscando preservar el color y el festejo, y sin dañar a los animales con los estruendos.
La pirotecnia genera diferentes efectos en los animales, pero en general pueden provocar dolor en sus oídos (“estrés acústico”), taquicardia, temblores, náuseas, aturdimiento, problemas cardíacos y miedo.
Los perros suelen atemorizarse y huir ya que no comprenden de donde proviene el ruido, las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardia; los gatos suelen correr detrás de ellos por curiosidad, corriendo el riesgo de lastimarse con ellos y para los insectos es un explosivo.
Los explosivos que regularmente se usan para celebrar sobrepasan los 85 decibeles que puede soportar el oído de los canes, pudiendo llegar a los 120 decibeles, lo cual aturde gravemente a los perros.
Además la pirotecnia puede liberar aluminio y partículas dañinas para el suelo, el aire y el agua.
Recordemos que sus colores se deben a una gran variedad de químicos tóxicos que incluso dispersan humo y generan residuos.
En el siguiente vídeo verán como una empresa local brindó un gran espectáculo de luces en el cielo, comprobando que se puede reemplazar el ruido dañino por el color y la música.