Amarrah Reynolds era una niña de tan solo 4 años de edad, que ahora mismo debería estar corriendo y jugando, pero su mismo padre cambiaría esos planes y ello quedara solo en sueños.
Su padre Darrell A. Reynolds, de 29 años de edad, opacó su luz cuando la golpeó con su cinturón hasta que le provocó la muerte. “tantas veces con un cinturón que incluso perdió la cuenta”. Sí mismo lo decía él cuando fue arrestado por el asesinato de su propia hija.
Toda esta tragedia ocurrió en Decatur, Illinois, Estados Unidos, donde Darrel fue condenado a cadena perpetua por el tribunal de su hija. Generalmente cuando la víctima es menor de edad se dan 60 años
Sin embargo, este caso subió de tono, por lo brutal y atroz, indicativo de alta crueldad, de acuerdo a los informes policiales.
Una vez cometido el delito, el padre confesaba su delito, mientras su hija permanecía inconsciente y la trasladaban al hospital, mientras intentaban salvarle la vida, Darrel decía una y otra vez; “acabo de matar a mi hija”.
Cuando llegaron al hospital, el personal médico se dio cuenta de que la niña tenía costras, cicatrices y heridas que le cubrían la mayor parte del cuerpo. Minutos después, Amarrah murió.
Del mismo modo. La madre de la pequeña Amarrah, Dalvon Taylor de 26 años, fue procesada por los delitos de poner en riesgo la vida de su hija y no cuidar de su bienestar. De declarársele culpable podría cumplir una condena de hasta 10 años de prisión.
La madre confesó los abusos que Darrel cometía contra la niña, la golpeaba con su cinturón repetidas veces y en ocasiones en la cara y el torso, provocándole ampollas en los brazos, piernas, espalda y torso. Además la jaloneaba, le daba pellizcos y la levantaba sujetándola del cuello para después dejarla caer
Este 28 de septiembre de 2016, Darrel deberá presentarse ante la corte para una audiencia preliminar, hasta el momento tiene una fianza de 2 millones de dólares.
Fue creada una campaña para la recaudación de fondos para apoyar a la familia de Amarrah y apoyar en los gastos.
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