Roberto al llegar de su trabajo a casa, fue a su habitación a dejar sus cosas, cuando pasa por delante de la habitación de su hijo y nota algo extraño.
Entonces entró al cuarto de su hijo Julio y vio una carta colgada del techo, la sacó y tenía escrito: “Para Papá”, evidentemente era para él.
Antes de leerla notó que lo otro extraño en su habitación era que todo estaba muy ordenado, todo muy alineado y limpio. Luego de analizar la habitación comenzó a pensar miles de cosas extrañas y mayormente malas sobre su hijo.
Entonces abrió la carta y comenzó a leer la intrigante carta de su hijo.
Querido papá:
“Te escribo esta carta con lágrimas en mi alma. Debo informarte que me acabo de fugar con mi nueva novia, y no esperé para decírtelo en persona porque quería evitarles, a mamá y ti, un disgusto mayor. Estoy loco por Marcela; ella es increíble. Pero sabía que sus piercings, tatuajes, la ropa de cuero que usa y el hecho de que es mucho mayor que yo, los habrían predispuesto y sé que no la hubieran aceptado ni en un millón de años.
Pero debes saber que estoy loco por ella, papá. Además, Marcela está embarazada.
Ella dice que seremos muy felices. Tiene una caravana en el bosque con suficientes provisiones y madera para todo el invierno. Ambos estamos muy felices por el bebé que viene en camino, y estamos planeando tener muchos más.
Con Marcela he aprendido que la marihuana no es mala, al contrario. Ahora la cultivamos nosotros y la intercambiamos en la comunidad por toda la cocaína y el éxtasis que queremos. También la vendemos de vez en cuando y así nos ganamos la vida.
Mientras tanto rezamos para que la ciencia moderna encuentre una cura definitiva para el SIDA y para que la salud de Marcela mejore. ¡En verdad lo merece!
Por favor, no te preocupes por mí, papá, ya tengo 15 años y sé bien cómo cuidarme. Algún día, en algún futuro lejano volveremos a vernos para que mamá y tú conozcan a su maravillosa nuera y a sus nietos.
Con amor… Julio”
“P.D. Papá, nada de lo escrito anteriormente es cierto. La verdad es que estoy en casa de Juan Diego. Solo quería hacerte ver que hay peores cosas en la vida que las notas del colegio que he dejado en la mesa de la cocina. ¡Llámame cuando se te pase el enfado y sea seguro para mí volver a casa!”.
De seguro al volver Julio a la casa nada bueno le iba a esperar, pero por lo menos le hizo pasar un momento inesperado a su padre, que tal vez le causó gracia.
¿Tu haz hecho algo así con tus padres como lo hizo Julio?
Compártelo con tus amigos, les encantará.