Este hecho ocurrió en la ciudad de Wyoming, Illinois, su protagonista fue Shelby Ann Carter, que a pocos minutos antes de morir decidió asegurar a su bebé a la silla de seguridad para coches que tenía a la mano y la arrojarlo por la venta de su casa.
Sin embargo, este relato lejos de tratarse de una historia de horror y crueldad contra niños, es una prueba que el instinto maternal puede llevar a una mujer a hacer cosas increíbles, las circunstancias llevaron a Shelby a actuar de esa forma fueron especiales.
El pasado 30 de Enero, el departamento de Bomberos recibe una llamada de emergencia en la que se decía que la casa en la que vivían Shelby y su pequeña hija de apenas 12 días de nacida estaba en llamas, cuando llegaron encontraron la casa prácticamente destruida.
En la segunda planta encontraron a Shelby muerta por inhalación de monóxido de carbono, ello esperaban encontrar la bebé muerta, pero descubrieron algo sorprendente.
Los bomberos escucharon llorar a la bebé a unos cuantos metros de la asa, su madre la había asegurado a una silla y la había arrojado con su último aliento de vida, salvo algunas quemaduras de tipo leve , la pequeña esta sana y salva.
Según las declaraciones del jefe de bomberos de la ciudad, Ed Foglesonger, le sorprendió la reacción de la joven madre, ella con su inteligencia e instinto le dio una segunda oportunidad de vida.