Melanie Lynch, que hoy tiene 37 años de edad, luchó con graves eccemas que aparecían en todo su cuerpo, las lesiones rojas comenzaron detrás de sus codos y rodillas, pero lentamente fueron avanzando hasta llegar a cubrir el 95% de su cuerpo, incluyendo el rostro.
Melanie mitigaba todo usando cremas con esteroides, lo que normalmente se recomienda en estos casos y así minimizaba los efectos.
Esta profesora de primaria, llegó a colocarse hasta 100 ml de crema a la semana, además de tomar los comprimidos orales.
Esto solo se calmaba un poco pero no desaparecía.
En el 2013, Melanie decidió dejar de usar las cremas y ver que pasaba, algo que pudo ser realmente peligroso, por 2 años su rostro varió entre dos estados; inflamarse por completo al punto de que se le cayeron las cejas y secarse formando eccemas.
“Era realmente horrendo, yo lucía como un monstruo. Mi cabello y mis cejas se cayeron (…) Era realmente horrendo”.
Decía Melanie
Melanie recuerda que no podía vestirse sin que le doliera y lo único que aliviaba su dolor eran baños de tina.
Pero luego de 2 años, su piel comenzó a sanar y a dejar de producir los dolorosos eccemas y cuenta que:
“Fue realmente una época terrible, pero valió la pena. Mi piel está más fuerte, se siente más sana y no está dañada como antes”.
Dice que dejó su trabajo por 10 meses, debido al dolor que padecía, pero finalmente fue una buena decisión.
“Al comienzo, solo pensaba que podría tomar un año en superarlo, nunca pensé que tres años después seguiría luchando”.
Melanie a Daily Mail
“Afortunadamente este año he estado mucho mejor, mi piel está mucho mejor que antes, finalmente soy capaz de comenzar una vida normal de nuevo”.
De todas formas es importante recalcar que este tipo de decisiones siempre debe tomarse bajo asesoría de un profesional médico.