Manuel es un niño mexicano de 7 años de edad que se ha convertido en el asesino más joven de la historia, pero su historia esta llena de maltratos, abusos y tragedias, de las que hoy día es libre gracias a su coraje.
Este pequeño solía vivir en ciudad de México junto a su madre, padre y sus dos hermanas. Todo hacía presagiar que era una familia completamente normal, pero no lo era.
Pablo, el padre de familia, quien debiera ser un modelo a seguir era el monstruo salido de la peor película de terror. Cegado por su alcoholismo, Pablo explotaba tanto a su esposa, sino que también de sus tres hijos. Teresa, la madre del menor era quien trabajaba día tras día vendiendo comida ambulante, mientras que Manuel y sus hermanas de 6 y 9 años trabajaban en el mercado de la ciudad empacando y cargando las bolsas. Pese a ser un trabajo pesado para niños, ellos preferían trabajar que estar en casa con su padre, puesto que su adicción al alcohol y a las mujeres, no hacia mas que empeorar el trato que les daba a los pequeños, abusando y ultrajando a las niñas en más de una oportunidad.
Esa era la vida de esta familia, hasta que un día todo cambió. Cansados del arduo día de trabajo que habían tenido, los 3 menores y la madre llegaron a casa donde su fiel verdugo les esperaba, como de costumbre, borracho y exigiendo el dinero que habían recolectado durante el día. Obedientemente, y atemorizados, entregaron hasta el último centavo que tenían. No conforme con eso, tomó una de las menores y comenzó a abusar de ella delante de sus hermanos y su madre, como solía hacer. Sin embargo, esta vez algo cambió. Cansado de las amenazas de muerte, golpes, malos tratos y abusos hacia sus hermanas, aún escuchando los gritos ahogados de su hermana que estaba siendo ultrajada, Manuel tomó una decisión que cambiaría sus vidas y los libraría de esa cruel esclavitud de la que eran presos. Corrió a la habitación de su padre y tomó una de las armas que tenía su padre, con la cual les amenazaba a diario.
Sin pensarlo mucho, y cargado de todo el odio y desprecio que podía sentir en su pequeño corazón, disparó en dirección de su padre, cuyo cuerpo cayó casi de inmediato sobre su hermana. Después de eso todo fue confuso, policías, peritos y fiscales invadieron la casa, que pese a haber visto muerto al líder de la familia, un sentimiento de libertad y descanso inundaba los corazones de Teresa y sus 3 hijos.
El menor, por su corta edad, no pudo ser juzgado por el crimen, pero sí lo fue Teresa, quien fue puesta en prisión por ser considerada cómplice y se encuentra en espera de su sentencia final. Por su parte, los 3 menores fueron puestos a disposición de un centro de menores donde reciben ayuda psicológica que les ayude a superar el trauma vivido por tantos años de sufrimientos.
El abuso infantil e intrafamiliar es una realidad, no importa si eres de México, España, Estados Unidos, u otro país, ¡DENUNCIA! Así varios Pablo serán puesto en la cárcel y varios inocentes se salvarán. Actúa, no quedes esperando que alguien más lo haga por ti.
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