De acuerdo a cifras que maneja la Unesco, en el mundo existirían cerca de 781 millones de personas adultas que no saben leer ni escribir, de las cuales dos tercios son mujeres.
Algunas de ellas viven en grandes ciudades pero en zonas de gran marginalidad y otras en el campo, las cuales se han dedicado al la labor de la agricultura familiar y sobreviviendo con menos de 1 dólar al día.
Pero en India, en la Universidad Descalza, en Rajastán. Allí solo se admiten adultos de comunidades pobres y vulnerables, muchos de ellos analfabetos, que viven con menos de 30 dólares al mes, ellos se comprometen a aprender y luego a aplicar y transmitir los conocimientos que adquieren en los poblados a donde pertenecen.
La Universidad Descalza, o Barefoot College fue creada en 1972 por Bunker Roy, un hindú que si tuvo la oportunidad de ir a la escuela y tomar estudios universitarios, pero que pensaba que nada de eso servía si no llegaba a las comunidades que más lo necesitaban.
Luego de pasar varios años trabajando para comunidades rurales, Bunker llegó a la aldea y le explicó al concejo de ancianos, su plan de crear una universidad para los pobres, ellos viendo a un rico que quería insrtalarse en su aldea tan pobre, solo pensaron que estaba huyendo de la justicia. Pero, con el tiempo se fue ganando su confianza y le permitieron seguir adelante con el proyecto. “Si vas a hacer realmente una Universidad para los descalzos, no traigas gente instruida”
Y es así como comenzó su proyecto, empezó a trabajar con personas que estaban interesadas en aprender y enseñar habilidades practicas para solventar problemas y solucionar necesidades básicas. La Universidad Descalza se fundó bajo los fundamentos de Mahatma Gandhi; allí se vive con humildad, se come, se duerme y estudia en el piso y bajo el precepto que nadie gana más de 100 dólares al mes.
En sus comienzos, el trabajo de Roy y su equipo era una asistencia para las comunidades en el agua potable y riego, pero luego se convirtió en una real Universidad Popular que fue llevando al empoderamiento de sus habitantes.
Y al día de hoy, la Universidad Descalza, ofrece una oportunidad en las comunidades rurales de satisfacer sus necesidades básicas como energía, cuidado sanitario y agua, encargándose de entrenar expertos en esas áreas, con el fin de que sus comunidades puedan ser independientes y autosuficientes en el abastecimiento de energía eléctrica.
La mayoría de las estudiantes son mujeres que se convierten en ingenieras solares, es decir, que aprenden a construir paneles solares e instalarlos en sus casas y fabrican su propio taller o mini- central eléctrica, y a dar mantenimiento a las instalaciones que realizan.
Los graduados no reciben títulos ni certificados, sino que son sus propias comunidades las que les dan el reconocimiento cuando la energía solar, gracias a su trabajo, llegan al pueblo o la aldea.
Esta universidad también se expandió a América Latina, luego de que se alcanzara las metas de forma local decidió expandirse y actualmente mujeres indígenas del desierto de Atacama (Chile), aceptaron el desafío para convertirse en Ingenieras solares.
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