En el 2015 a Gabe Marshall de tan solo 8 años y originario de Kansas, Estados Unidos, le fue detectado un tumor maligno, por lo cual debió ser sometido a una cirugía cerebral.
La operación concluyó con resultados positivos, pero la enorme cicatriz dejó a su hijo muy acomplejado, decía que se sentía “un monstruo” por lo que su padre decidió tatuarse la misma cicatriz como un noble gesto y señal de apoyo para su hijo.
Desde entonces ambos se mantuvieron muy unidos en esta batalla que el niño a tan temprana edad tuvo que enfrentar.
Desafortunadamente 6 meses después el tumor regresó y tal como lo explicó Josh al sitio KWCH12, en esta ocasión el tumor ha regresado más activo y que “Debido a la ubicación es inoperable”.
Su padre Josh calificó esta dura experiencia como una “montaña rusa”, “Pasas de sentirte perfectamente bien y normal, a llegar a las lágrimas por lo que podría suceder. El no saber es lo que realmente duele” comenta.
Sorprendentemente Gabe tiene muy claro como seguir adelante,
“Sólo siendo fuerte. Hay que tratar de no quejarse, y simplemente ser fuerte”.
Cuando restan menos de 20 días para navidad, Gabe le pide a Santa un scooter eléctrico, prueba clara de que se niega a dejarse vencer por el cáncer.
“Él es mi superhéroe”, aseguró Josh respecto a su hijo. “Me ha enseñado el verdadero significado de la vida y cómo sacar el máximo provecho de todo”.
¿Qué opinan s de estos guerreros, qué le dirías?
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