La obesidad es un problema mundial que es más común de lo que pensamos. El cuidado de la salud es sumamente importante, pero muchas veces lo dejamos de lado. Claire Crowther de Wrexham en Gran Bretaña es una joven madre y una querida matrona. Debido al gran stress que sufre a causa de su trabajo, al contar con poco tiempo para comer saludable, y para buscar alguna salida a la tensión que vive, se desahoga comiendo helados y comidas ya preparadas que compra en el supermercado.
Esto ocurrió hasta cuando finalmente un día notó que ya no podía ni abrocharse los botones del uniforme de su trabajo. “Al verme al espejo ya no podía soportar ver mi aspecto. Borré todas mi fotos, para no tener que verme”, contó la chica británica de 1,52 m de estatura.
Su estado de ánimo siempre era de lo peor: Cuando su novio Estefan, le propuso matrimonio, ella entró en pánico. La empezaron a invadir cantidad de pensamientos respecto al vestido de su boda, a como se vería y si podría entrar en él con el peso que actualmente tenía, siempre con miedo de algún accidente de camino al altar, eso no podía pasar de ninguna manera.
Así que calmó su mente y se centró en un solo propósito, ya era el momento de realizar cambios. Junto con su pareja Estefan se hizo socia de un club de adelgazamiento y un Gimnasio. Después de 10 meses Claire había conseguido bajar 25 kilos, y un año después en total había perdido 40 kilos.
Después de haber perdido juntos un total de 50 kilos, Estefan hizo de nuevo la gran pregunta. “Yo le dije “sí”. Ya podía comprar finalmente un vestido de Bodas con el que había soñado. Y con el que no me iba a sentir ni ver como una “novia gorda”, ya había llegado mi momento”, recordaba Claire. “No podíamos creer que ahora los dos teníamos un abdomen plano y marcado, dónde solo un par de años atrás teníamos rollos de tocino”
Un bello día de Octubre llegó el momento de unir sus vidas: La pareja se casó y se veían justo como ella siempre lo había imaginado. Mientras tanto la chica de 31 años ahora se veía al espejo con otra cara, se sentía orgullosa de lo que veía y que había conseguido. “Me siento increíblemente bien y mi salud ha mejorado muchísimo. He recobrado la confianza en mí misma, y me quiero nuevamente”.
Más que por una cosa física, este tipo de cambios sanan la mente y el alma. El poder sentir que no es el cuerpo el que te domina, sino que, uno lo hace, hace aumentar de sobremanera el autoestima. Esta pareja aumento y adelgazo junta, pero al final tuvo su final feliz.
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