Charlotte y Attilla Szakacs tuvieron una hija en el Reino Unido que vivió solo unos pocos días, ya que, tenía una expectativa muy corta, dado que los médicos ya le habían advertido eventualmente lo que sucedería, aun así se les autorizó vivir con el cuerpo 16 días antes de despedirla.
En el mes de septiembre pasado, la familia y Charlotte estaba embarazada y con 20 semanas, los médicos le informaron que la bebé, a quien bautizaron como Evlyn, llegaría a este mundo con anormalidad cromosómica.
“Cuando recibimos la noticia, Attila y yo nos quebramos. Por completo. Creo que más en ese momento que cuando murió”.
Evlyn nació el 13 de diciembre con un cerebro sin desarrollar, los pulmones obstruidos y una aorta estrecha, su estado empeoró con los días hasta que finalmente murió.
La pareja pidió permiso para pasar un tiempo con el cuerpo de la niña antes del funeral, y además compartieron en redes sociales cómo se despidieron de ella.
Una de las cosas que hicieron fue llevarla al parque y cuenta Charlotte que
“La última noche durmió en la cuna que le habíamos preparado”.
Era una especial preparada por lo¡s empleados del hospital y que funcionaba como refrigerador, de manera que pudiese conservar el cuerpo del bebé por unos días.
“Sé que quizás no sea la mejor opción para todos, pero para nosotros fue tan importante poder tener ese tiempo de familia y poder abrazar a nuestra pequeña niña. Creo que haber pasado el tiempo con ella hizo una diferencia. Poder hacer todas las cosas que imaginas como sacarla en un cochecito de paseo, nos ayudó emocionalmente”.
