John Cargill, un político neozelandés, hijo del capitán William Cargill, perdió a su pequeña hija de muy corta edad, el año 1870. La pequeña murió en altamar y, este hombre quedó realmente destruido por el accidente.
Se propuso, hacerle un gran regalo de despedidas, haciendo algo que ella siempre había querido, lo mejor de todo es que su regalo a casi 150 años de su construcción, aún perdura hasta nuestros días y es realmente hermoso.
¡Mira el homenaje que John, le hizo a su pequeña niña!
La Pequeña, Le Decía A Su Padre Que Le Gustaría Tener Una Playa Privada, Solo Para Ella, Por Lo Que Tras El Trágico Accidente, Su Padre Excavó A Mano Las Duras Rosas De Dunedin, En Nueva Zelanda, Creando Así Un Túnel Que Le Permite Acceder A Una Hermosa Playa.
Esta, Es La Única Manera De Entrar A La Playa, Tal Y Como Ella Lo Quería, Y Así Puede Estar En Contacto Con El Alma De Su Hija, Que Perdió En Las Mismas Aguas.
Si Ves Las Marcas En Las Paredes, Se Puede Notar Cómo No Se Ocupó Maquinaria Para Hacer El Túnel Y Fue Cavado A Mano. El Camino Hacia El Final Del Túnel, Llega A Esta Hermosa Playa.
El Túnel Que John Construyó Para Hacer Realidad El Sueño De Su Difunta Hija, Aún Persiste Y Es La Única Manera De Acceder A Esta Playa.
Existen Pequeñas Grietas Y Cavernas Que Se Pueden Visitar Y El Sector, De A Poco Se Hace Más Y Más Conocido Entre Los Lugareños Quienes Asisten Con Sus Hijos Para Disfrutar De Esta Playa Privada.
El sueño de esta pequeña, fue cumplido por un afligido padre y lo mejor de todo, es que aún perdura hasta nuestros días.
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