Uno de los cánceres de la iglesia católica es el abuso infantil por parte de los sacerdotes, a partir de los años 50 donde fueron creciendo las denuncias sobre el mismo y el numero fue creciendo a medida de que pasaban los años.
No hace mucho se conocieron casos de mucha relevancia en Irlanda, Alemania y USA donde las autoridades encontraron culpables a sacerdotes con cientos de acusaciones sobre pedofilia.
Normalmente los curas salen impunes ya que dentro del entorno mantienen un secretismo que hace muy difícil comprobar los casos.
Es así como hace un par de años se conoció la historia de un sacerdote de Chiapas, México que fue detenido por las autoridades locales, tras haber recibido múltiples acusaciones en su contra las que apuntaban a que durante su período en una iglesia apartada en la selva de Lacandona abuso de más de 50 niños.
Este ser tuvo bastante suerte y no fue llevado a la cárcel por insuficiencia de pruebas concretas y luego de ser detenido, tuvo que ser liberado casi de inmediato.
Entonces el sacerdote llamado Félix Miranda creyó que se había librado de la justicia pero como dicen la justicia divina no falla
Un tiempo después el sacerdote fue excomulgado, siendo el primero de sus castigos
Un día el ex sacerdote empezó a sufrir de fuertes dolores de espalda y tuvo que ser hospitalizado, allí le encontraron que su columna tenia desviaciones nunca antes vistas y varias fracturas graves, cuando le enseñaron la imagen de su espalda al sacerdote, supo de que se trataba. Su espalda se había deformado de tal manera que creaban una imagen de crucifijo.
Este sacerdote finalmente no pudo escapar de su castigo
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