¿Quién no odia las tareas y deberes escolares? Sin duda, son una de las peores cosas que les pueden pasar a los escolares, y es obvio, puesto que les quita tiempo de entretención y aventuras siendo niños.
Según Harris Cooper, profesor de la Universidad de Duke, las tareas no ayudan en nada a los más pequeños. Después de muchas investigaciones y estudios sobre el efecto de las tareas escolares en el hogar, pudo concluir qué:
“No hemos encontrado pruebas de que los deberes (a nivel primaria) les ayuden a los niños a tener mejor rendimiento escolar”
Según el experto, los niños de primaria asimilan mejor los contenidos cuando son estudiados y explicados en el salón de clases, por lo que los niños que realizan ejercicios en horas de clase obtienen mejores calificaciones. Los deberes adicionales representan una cantidad de tiempo invaluable que puede ser usados para que los niños sean niños y disfruten como niños.
De acuerdo a Etta Kralovec, profesor de la Universidad de Arizona, las tareas dan un efecto mínimo y casi nulo, en las calificaciones de los niños, por lo que aprueba la teoría que las tareas en el hogar debieran ser suspendidas.
Ahora, si tienes hijos en grados superiores es lo contrario, puesto que en niveles de secundaria o preparatoria, las tareas sí les beneficiarían, con un cierto límite horario. Los estudiantes que repasan contenidos entre 60 y 90 minutos diarios en casa tendrían mejor rendimiento que aquellos que le dedican más tiempo.
Este análisis hecho por Cooper fue el resultado de más de 120 investigaciones realizadas desde 1989, además de unas 60 hechas en el 2006. Hasta la fecha, el experto no ha logrado descubrir ventajas que avalen las tareas escolares en los estudiantes más pequeños, sino que al contrario.
Las tareas “para la casa” causan un efecto negativo en la actitud que presentan los niños hacia la escuela, por lo que cambian su perspectiva por el aprendizaje y eso es algo alarmante. Un niño que empieza su etapa escolar tiene el derecho a sentir pasión por el aprendizaje y para que esto suceda, deben ser envuelto con actividades que los haga desear seguir aprendiendo y descubriendo el mundo con conocimientos nuevos. Lamentablemente, las tareas hacen que esto no suceda, sino que provoca una especie de rechazo por los contenidos y por la escuela en general, ya que sienten una presión por parte de maestros y padres, quienes obligan a realizar tareas cada tarde, cansándolos de sobremanera y respondiendo de manera negativa ante esto.
Si bien, es recomendable reforzar materias escolares, pero sin tareas, sino que de manera didáctica donde se incluya a los padres. La realización de proyectos científicos, conversaciones o juegos en las que participe la familia son buenas ideas para hacer que los niños se motiven y quieran seguir aprendiendo y animarles a asistir a clases con una motivación de seguir adquiriendo conocimientos.
Además, el eliminar las tareas escolares significa que el niño tendrá mayor tiempo de jugar, disfrutar y compartir con la familia y amigos, por lo que al otro día volverán con ánimos para continuar con las lecciones vistas el día anterior.
Así que ya saben, papás. A dejar las tareas de lado y compartir tiempo con sus pequeños.
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