Andrea Göppner, una mujer de 55 años de edad confesó haber asfixiado a algunos de sus recién nacidos, inclusive no recuerda el numero exacto de cuantos pueden haber sido. Un tribunal alemán la condenó el miércoles a 14 años de cárcel por asesinar a 4 de sus bebés.
El año pasado se hallaron un total de 8 cadáveres de recién nacidos en el domicilio de la condenada en Wallenfels, en Baviera, 3 de ellos se encontraban en un estado de descomposición muy avanzado, y como tal no se pudo determinar las causas de la muerte, mientras otros se determinó que murieron durante el parto.
El juicio se realizó en el tribunal de Coburgo, la acusación presentada solicitaba cadena perpetua. Comenta el presidente del tribunal respecto al caso: “Cuando un caso así es juzgado, de repente mucha gente sabe lo que se debe hacer, como encerrar para siempre a esta supuesta madre horrible”, “Pero primero tenemos que entender su comportamiento, lo que no significa justificarla, sino más bien intentar comprenderla”
Su esposo Johan Göppner de 55 años del cual estaba separada, estaba acusado de complice de los asesinatos, sin embargo, fue absuelto.
Andrea Göppner desde el primer día del juicio reconocio la culpabilidad de los crimenes y según el acat de la acusacion, ella estuvo embarazada ocho veces entre 2003 y 2013 y trajo al mundo cada año o año y medio a 8 bebes en su cocina o salón de su casa, sin la menor asistencia medica y en ausencia del esposo.
El esposo de Andrea quien no ignoraba los embarazos de su esposa, estaba de acuerdo con que los matara e incluso aceptaba que que ella se deshiciera de los cadáveres en el sauna de la vivienda, según las acusaciones.
Cuando el bebé comenzaba a llorar, ella “tomaba una toalla y la apretaba sobre la nariz y boca del niño hasta asfixiarlo y que dejara de llorar” esto según la fiscalía.
La pareja tuvo otros tres hijos y cada uno de ellos tenia dos por su parte de uniones anteriores. Al parecer nadie en la ciudad ni vecinos se enteraron de los sucesivos embarazos de la mujer.
El primer cadaver se encontró pocas semanas después de que la acusada se mudara de residencia para convivir con otro compañero. Posteriormente la policía encontró otros cadaveres envueltos en bolsas de plástico y ropa de cama.
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