Hace alguno años, mi colega Angie Aker escuchó terribles y violentas palabras provenientes de la casa del vecino. Sin saber que hacer y temiendo lo que podría suceder cuando ella no escuchaba, ella escribió esto.
Querida Mujer,
No me conoces y no hay ninguna razón para que yo te escriba esto. Quizás tengas a 50 personas alrededor tuyo ayudándote con esta situación y quizás no necesites nada de mi. Por otro lado, puede que no tengas a nadie con quien te sientas cómoda para hablar honesta y abiertamente, y quizás solo necesites a una persona que te diga que no estas sola. NO ESTAS SOLA.
El te grita. Nosotros lo escuchamos. El te llama por nombres degradantes. Nosotros los escuchamos. Yo no se que otras cosas suceden cuando se cierran las puertas y ventanas y ya no podemos ser tus testigos. Pero no te equivoques, tu no eres ninguna de las cosas que el te dice. Todos en la cuadra saben eso. El no te ha despojado de tu credibilidad con nosotros. Quizás te sientas despojada… de tu poder personal, de tu dignidad personal o de las cosas que te hacían especial antes de que él te hiciera sentir que todo lo que haces es incorrecto o malo. La única persona que tiene la autoridad para despojarse de esas cosas eres tu. La única persona que puede restaurar esas cosas, poco a poco, eres tu.
No eres mala. Eres buena. Cualquier cosa que no hayas hecho como él quería no importan al largo plazo. Tu puedes seguir tratando de pasar por sobre las barreras, barreras que él cambiará a propósito en el ultimo minuto para que así sigas fallando, deseando desesperadamente que él te vea haciendo algo “bueno” para así ser merecedora de su amor… y el sepa que tu realmente lo amas. Puedes seguir esperando que el DECIDA por siquiera una vez que eres lo “suficientemente buena”. O puedes decirle que se vaya al infierno y decidirlo por ti misma.
Años atrás, era yo la que me hallaba tratando de pasar por sobre las barreras. Era yo la que esperaba desesperadamente ser considerada como “suficientemente buena”. Y justo antes de que fuera muy tarde para salvarme me di cuenta de aquello. Reuní las pequeñas sobras que quedaban de amor por mi misma y lenta y duramente reconstruí todo dentro de mi, todo lo que él trató de derrumbar. A él no le gusto eso. Casi me mató por eso. Pero decidí por mi misma. Viví para contarlo. Ven y pregúntame como sucedió.
Amor,
Angie
Comparte este conmovedor testimonio. Nunca sabes a cuantas personas puedas estar ayudando.