Hay etapas en que las amamos, luego las odiamos, luego las volvemos a amar. Es que la relación de madre e hijos están llena de altos y bajos, empezando por la niñez en donde ella es todo para nosotros y no podemos vivir sin verla y que esté cerca de nosotros. Pero luego pasamos a la adolescencia, donde ya no nos importa mucho su opinión y queremos que ojalá no se entrometa en nuestros asuntos. Pero siempre está ahí para nosotros y pase lo que pase esto es lo que sucederá cuando finalmente no vivas más junto a ella.
Nunca pensaste que la ibas a extrañar tanto.
Despedirte de ella fue demasiado duro.
Cuando estás enferma la echas demasiado de menos.
Cada vez que es tu cumpleaños, el suyo o el día de la madre, tienes un mal día sin ella.
Ella cree que puedes hablar por Skype a todas horas.
Te das cuenta de todo lo que hacía tu madre por ti en casa, porque ahora tienes que hacerlo tú.
Es por eso que la llamas cada vez que tienes dudas con lo que sea.
Te das cuenta de que ella es la única que en verdad está ansiosa por saber cómo te ha ido cada segundo de tu día, quiere todos los detalles.
Te pregunta si estás comiendo bien.
Incluso te pregunta si te estás abrigando lo suficiente.
Te obliga a que la aceptes en todas las redes sociales, y le da “me gusta” a absolutamente todo lo que publicas.
Y si no le gusta, te escribirá por Whatsapp para decírtelo.
Y eso te duele, porque aunque esté lejos, no quieres decepcionarla.
El día que la vuelves a ver, no hay abrazos suficientes en el mundo para darle.
Cuando llevas varios meses sin verla, todo lo relacionado con mamás te hace llorar.
Y es por eso que ignoras sus mensajes, aunque ella no lo sepa.
Porque a veces hablar con ella simplemente hace que quieras ser pequeño y volver a casa.
Pero es entonces cuando ella te dice lo orgullosa que está de ti.
Y es en ese minuto cuando te das cuenta de que, aunque sea duro estar lejos, tienes que seguir siendo valiente.
Gracias mamá, eres lo máximo.
Seamos ya grandes o adultos, las mamas siempre son algo muy importante en nuestras vidas. Y el depararnos de ellas siempre es algo difícil de hacer. Ellas nos dieron la vida y nos ayudaron a ser quienes somos ahora. Aprovecha si tienes la suerte de que tu mamá aun te acompañe con vida.
Si amas a tu mama y la extrañas comparte esta nota con tus contactos.