A veces nos dejamos llevar por la rapidez del mundo y pensamos que la felicidad solo se traduce a acumular más y más bienes materiales, mejores autos, lujosas casas, vacaciones y un trabajo de alto nivel. Pero qué pasaría si este estilo de vida es tan exigente para tu salud que aun teniendo todo esto, ¿no lo puedes disfrutar? Angelo Mastropietro, de 38 años de edad, se hizo la misma pregunta tras ser hospitalizado. Diagnosticado de esclerosis múltiple, este hombre de negocios supo que tenía que cambiar su vida y decidió abandonar su estresante estilo de vida, su exitoso trabajo y su lujosa casa en Australia para mudarse al bosque, a su tierra natal Worcestershire, Inglaterra, donde construyó un paraíso para vivir en paz.
Durante las siguientes semanas se dedicó a cuidarse, comer mejor y hacer ejercicio, pero comprendió que la ciudad le estresaba y necesitaba relajarse. “Mi estilo de vida sirvió de catalizador para el desarrollo de mi enfermedad, y fui consciente de que debía ser respetuoso con mi salud y mi cuerpo” Fue entonces cuando se acordó de la vieja cueva que hace años había descubierto en el bosque de Wyre, durante sus vacaciones de 1999. Había salido a montar en bici cuando comenzó a llover y tuvo que buscar un lugar donde resguardarse. Casi empapado, encontró una cueva en una roca.
La oquedad era en realidad una vieja vivienda abandonada en 1940 con 4 dormitorios y sin ningún tipo de instalación, ni comodidad. Sin embargo, el paraje que la circundaba era tranquilo y muy bello. “Cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que era el lugar en el que quería estar. Un lugar donde podría tener una vida mejor y más saludable” Era el año 2010 cuando Angelo consiguió comprar la propiedad. Sin demora, comenzó a trabajar en ella ampliando las habitaciones a base de pico y pala.
Tras pasar 5 días abriendo una ventana al exterior, pronto se dio cuenta de que necesitaría herramientas más potentes si quería avanzar con aquella obra.
Angelo diseñó una vivienda funcional, cómoda y ecológica. Cinco años después y unas 80 toneladas de rocas menos, por fin ha terminado.
Al encontrarse excavada en la roca de una montaña, Angelo no necesitaba permiso para abrirse paso, pues a veces es la dureza de la misma la que determina por donde puedes o no abrirte paso. De esta forma dejó volar su imaginación creando una casa de diseño irregular, pero con mucho encanto.
La vivienda cuenta con 1 dormitorio, despacho, chimeneas, salón comedor, baño, cocina, despensa y patio. Aunque si en el futuro necesita alguna habitación más, solo tiene que excavarla.
Tiene agua corriente proveniente de un pozo natural, calefacción de suelo radiante y calentador. La gente cree que la vivienda es fría, pero, al contrario, mantiene la temperatura muy bien, siendo fresca en verano y cálida en invierno.
Ha creado un estilo rústico que combina bien con la roca y el paraje natural del bosque, consiguiendo una vivienda milenaria con las comodidades de hoy día.
Los arquitectos técnicos han determinado que algunas zonas de la cueva tienen unos 3000 años de antigüedad. No obstante, Angelo quería combinar lo mejor de las dos épocas. “Quiero paz y tranquilidad, pero no pasar penalidades. Es una caverna moderna, sin lujos, pero con las comodidades de hoy día”.
Ahora Angelo se siente bien y vive sin estrés. Trabaja como consultor, ha logrado controlar su enfermedad y hace tiempo que no sufre ningún brote paralizante.
(Fuente: dailymail)
Gracias a su determinación, la mayor parte del trabajo lo ha realizado él mismo. Los gastos de la vivienda han sido relativamente bajos, lo que le permite vivir más tranquilo y sin agobios. Un giro de 180 grados que le ha cambiado la vida a mejor. Parece que alejarse de la acelerada ciudad no es tan malo como pensaba.
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