Los animales parecen ser más agradecidos que los mismos humanos. Y esta historia deja en evidencia esto. Elvis, un rinoceronte negro que vive en las extensiones salvajes de Kenia, estaba destinado a morir desde el mismo día en que llegó a este mundo. ¿La razón? Su madre, un rinoceronte que sufría de ceguera llamada Mawingo, había expuesto sin querer, a todas sus anteriores crías a depredadores y las había perdido.
Estando al tanto de la situación, los trabajadores de Lewa Wildlife Conservancy, un santuario de la naturaleza declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, decidieron tomarlo bajo su cuidado, hasta que pudiese valérselas por su cuenta.
“Tomamos la decisión de cuidar a Elvis para asegurar su supervivencia. Los rinocerontes negros permanecen en peligro crítico de extinción, por lo que cada vida vale, y mucho”.
Así, el bebé rinoceronte fue creciendo sano y fuerte. Vivió con los humanos durante los primeros 4 años de su vida, y por lo mismo, los llegó a considerar su familia. Hoy ha vuelto a la naturaleza y se desarrolla perfectamente. Sin embargo, no puede dejar de visitar periódicamente a los que lo cuidaron, le entregaron cariño y le enseñaron todo de la vida.
Esta imagen lo dice todo. Parece un perro grande que necesita asomar la cabeza por la ventana de la cocina, para saber qué hay para almorzar.
Otras fotografías de Elvis y su relación con los humanos:
Tenemos tanto que aprender de estos seres tan ingenuos, amorosos y sensibles, como lo son los animales. Además, sus rescatistas son un ejemplo de bondad. Existen en el mundo muchas organizaciones destinadas a salvar animales en peligro de extinción o cuidar a los que estén lesionados y darles una mejor calidad de vida. Algo digno de imitar.
¿Qué te pareció el cariño y agradecimiento que este rinoceronte siente por las personas que lo ayudaron?