Micaela de 17 años actualmente, fue abusada por su padre durante 12 años, ella reunió el coraje para denunciarlo ante las autoridades y también exponerlo en Internet.
Gran parte de su familia se ha puesto en contra por destruir la “armonía” y ella dice que no quiere que su esposo vaya preso, pues es quien aporta el dinero al hogar.
La joven argentina creo en 2015 una página de Facebook llamada “Por una infancia sin dolor”, allí publica poemas, textos y dibujos, para divulgar su historia y ayudar a otras personas en situaciones similares.
En una de las publicaciones ella cuenta el inicio del abuso:
“Para los que no me conocen: me llamo Micaela, tengo 17 años y soy de Argentina, Buenos Aires. Como muchos de ustedes soy también una sobreviviente de abuso sexual infantil por parte de mi padre, empezó cuando tenía 4 años más o menos, con algo tan inocente como es un oso de peluche. Él tenía un gorila de peluche y yo una osita y me decía que eran novios y que él me iba a enseñar cómo había que jugar, Chicho se llamaba el gorila y Corazón mi osita. Era chiquita pero me acuerdo.
Tiré mil veces a Chicho con la esperanza de que ahí todo iba a terminar, era tan inocente…
Hasta el año pasado no había hecho público todo esto, tenía miedo de que me juzgaran, no sé… ahora ya no. Hace un tiempo una persona me dijo que con mis cartelitos o hablando del tema no ayudaba en nada, tal vez tenga razón pero ¿saben qué? con 17 años no puedo ayudar como quisiera, solo puedo decirles a todos los sobrevivientes que NO se callen, me costó mucho entenderlo pero nosotros no tuvimos la culpa y la vergüenza la tiene que tener nuestro abusador/a, no nosotros. Por eso doy la cara y les digo a todos ustedes que si saben de algo no miren para otro lado!
Voy a estar eternamente agradecida con mi colegio por haber denunciado, el único que supo e hizo algo”.
Micaela pudo finalmente cortar el abuso gracias a su colegio, el año pasado, cuando los directivos notaron “algo raro” en su comportamiento, y después de verla un psicólogo, descubrieron el abuso, la madre y su hija abandonaron la casa del abusador y lo denunciaron.
Pero Micaela piensa que su madre no quiere que él vaya preso.
“Yo tengo un hermanito de 7 años y mi mamá no trabaja, ella no quiere que él vaya preso, supongo que para no perder la plata que nos da de alimentos. Mi madre supo de los abusos cuando ya era tarde”.
Micaela para el diario Crónica.
“ÁNGEL RODRÍGUEZ, el nombre de mi progenitor, escondí varias veces su rostro y nunca dije su nombre.
A la persona que abusó sexualmente de mí por años las veces que quiso: a vos, “papá”, que leés todo lo que publico acá, espero que también leas esto! Vos y tu abogado merecen caer en el mismo infierno, vos mismo dijiste “ya demasiado gasté en abogados”, me imagino.
No te obligo a que me pagues las pastillas para los ataques de pánico, ansiedad, depresión y qué se yo, no necesito tu plata y si tengo que dejar las pastillas está bien, porque el problema sos vos, no la “depresión”.Espero que no puedas dormir ni hoy ni nunca en paz, acordate de mi voz infantil diciéndote que me dejaras en paz, ojalá te espante el sueño!
No sé qué problemas me puede traer publicar tu foto ni me interesa, ¿qué más me podés hacer?
Sentite feliz, tu familia todavía te sigue queriendo, al menos mi abuela te prefiere a vos porque sos su hijo.
Rompí el secreto, decidí hablar y ser una voz más en contra del abuso sexual infantil y ni vos ni nadie me va a poder callar!”
Micaela también le contó a Crónica como era el abuso de su padre:
“Entraba a mi cuarto, cerraba la puerta y me manoseaba, me tocaba y hasta me hizo participar en chats pornográficos cuando tenía 7 y 8 años”.
La página de Facebook de Micaela tiene más de 50 mil “me gusta” y diversas publicaciones donde la adolescente pide a los demás no quedarse callados ante el abuso y también cuenta lo mucho que la afectó.
“¡Hola! voy a contarles mi historia y el porqué de esta imagen, ¿cuál es el fin de publicar esto?
El abuso sexual infantil deja una marca imborrable en la vida de una persona y sí, fue mi padre quien me hizo tanto daño.
Empezó a abusar sexualmente de mí cuando apenas era una niña.
Muchos al enterarse de que me cortaba me decían que estaba loca, que la marca de los cortes podía quedarme para siempre (antes era peor al autolesionarme) pero, ¿por qué se preocupaban tanto por las heridas visibles?
“Así me siento por dentro” me decía para mí misma mientras veía las marcas. Las heridas cicatrizaban pero el dolor seguía ahí y nuevamente volvía a herirme cuando empezaba a sanar.
El dolor físico lo podía soportar pero no el emocional.
Me dijeron que lo hacía para llamar la atención pero yo creo que no es tan así, quería que supieran cómo me sentía por dentro, no lo voy a negar, pero lo hacía más para desahogarme.“Te odio” gritaba mientras me lastimaba, sí papá, me arruinaste la vida y no te podía lastimar a vos así que me lastimaba a mí misma.
Muchos adolescentes se lastiman, muchos niños también, ahora yo les pregunto, ¿por qué no buscan el motivo por el cual se hieren a sí mismos y dejan de juzgar?
El propósito de esta publicación no es llamar la atención sino mostrarles cómo le afecta la vida a alguien pasar por una situación así.
Pasé por un intento de suicidio el año pasado y lamentablemente hasta eso lo hice mal. En el hospital todos me “amaban” pero una vez que salí de ahí todo volvió a ser el mismo infierno.
Temo fallar de nuevo pero esto solo es una “valiente” cobardía.
No vean solo las heridas físicas, las emocionales pueden doler mucho más.”
Es imprescindible que este tipo de actos se denuncien si nos percatamos de que ocurren, la mayoría de los abusadores de niños forman parte del núcleo familiar, pero no hay peor cosa que “mirar para otro lado”.
En cualquier caso se debe denunciar!
