Por lo general, cuando pensamos en los bebés de ocho meses de edad, nos imaginamos llanto, chillidos e interminables horas arrastrándose por el suelo. Pero es sin duda una de las etapas más importantes porque es justamente donde ellos comienzan a descubrir el mundo, reconocer colores, reconocer sonidos, olores, juegos, entre otras cosas. Pero lo más importante es que empiezan a descubrirse a ellos mismos.
Este bebé sí que lo está consiguiendo. Cuando su padre lo levanta y lo pone delante del espejo, el bebé entra en una rutina al igual que un hombre adulto mirando sus músculos. Es demasiado divertido para dejar de ver. Incluso el padre mismo apenas puede contener su risa como el niño sigue haciendo algo que sólo los levantadores de peso tienden a hacer.
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No sabemos si quizás cuando grande va querer ser un levantador de pesas, pero este chico sí que sabe cómo mirarse en el espejo. De cualquier manera, parece que si o si va ser un rompecorazones.
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