Irlanda ya no apoya a la industria de los combustibles fósiles. El Parlamento del país ha aprobado terminar con la inversión pública en los sectores del carbón, el petróleo y el gas para poner fin a un modelo de energías que ensucian el planeta.
“Este principio de financiamiento ético es un señal para estas corporaciones globales de que su manipulación continua de la ciencia del clima, la negación de la existencia del cambio climático y sus polémicas prácticas de presión a los políticos de todo el mundo ya no son toleradas. No podemos aceptar sus acciones mientras millones de pobres en las naciones subdesarrolladas soportan el peso de las fuerzas del cambio climático mientras padecen hambre, se ven forzados a emigraciones masivas y sufren disturbios civiles “, expresaba el diputado Thomas Pringle, impulsor de la medida.
El proyecto de ley aprobado. pendiente de ser ratificado para entrar en vigencia, supone el fin de la inversión en el sector de los combustibles fósiles de 8.000 millones del Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda. La nueva normativa también prohibe la inversión en compañías de este tipo en el futuro.
Aún se desconoce el destino que tendrá el dinero público que quedará disponible, todo apunta a que Irlanda reforzará su apuesta por las energías limpias y renovables.
“El sistema político irlandés está finalmente reconociendo lo que la mayoría de la gente ya sabe: para tener una oportunidad de luchar contra el horrible cambio climático, debemos eliminar los combustibles fósiles y detener el crecimiento de la industria que está promoviendo esta crisis“, declara Éamonn Meehan, director ejecutivo de Trócaire, organización católica que lucha por reducir la pobreza.
En 2015, Noruega decidió retirar su inversión de 7.400 millones de euros en la industria del carbón, pero mantuvo los fondos hacia otras corporaciones. Irlanda sería el primer país en dejar de destinar dinero público para el financiamiento de la extracción y tratamiento de combustibles fósiles y podría ser el ejemplo para que más países se sumen a la causa. El próximo paso que está en conversaciones es examinar sus vínculos con el fracking, el controvertido proceso para extraer gas y petróleo desde subsuelo.
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