A veces, la ética profesional de algunas personas está por el suelo. No puedo creer, que alguien, en quien uno decide confiar y, literalmente, le entregamos la vida para que nos mantenga sano, sea capaz de hacernos daño intencionalmente.
Si uno elige ir a un doctor en específico, es porque confiamos en esta persona o por las recomendaciones que nos han hecho. No creo que muchos vayan al primer doctor que vieron en la guía telefónica.
Él nunca se hubiera enterado de lo que pensaba su doctora de él, si no fuera porque, accidentalmente, durante una colonoscopía, su celular grabó las voces de quienes estaban a cargo de su cuidado.
Insultos, como decirle “retardado” y otros, lo hicieron ganar la cuantiosa cantidad de US$500.000 por negligencia médica y daños punitivos. En la grabación se escucha a la anestesista, Tiffany Ingham, nombrando a su paciente, como molesto, retardado, cobarde.
Mientras ella preparaba las inyecciones para sedarlo, él le confiesa que generalmente se desmaya cuando ve que la aguja. Y ella, comenta con un colega la situación, cuando el paciente ya está dormido, “¿Entonces por qué miras, retardado?”
“Después de cinco minutos hablándote en el pre operatorio, solo quería golpearte y para que te hagas un poco más hombre”, comenta también Tiffany.
Para colmo, las personas del jurado en tribunales, quienes sentenciaron a esta mujer, escucharon a otros doctores, quienes recomendaban a las asistentes médicas a evitar al hombre, a mentirle y poner un falso diagnóstico en su hoja médica.
Además, Ingham, advierte que tengan cuidado con tocarle el brazo al hombre “porque se contagiarán con sífilis.”
La anestesista fue desvinculada de su lugar de trabajo, donde sus empleadores emitieron una carta disculpándose con el hombre. Además, ellos también fueron multados.
Entre todo el dinero que ganó, se contempló que la mujer, pagara US$50.000 por cada insulto, en que se acuse que el hombre tendría sífilis.
¡Wow! Esta sí que es una gran historia, ¿no? Cosas que jamás imaginamos, ocurren día a día. No olvides compartir con tus amigos, esta terrible historia…tal vez desde ahora, todos podamos “accidentalmente” grabar nuestros procedimientos médicos.
