En todo el mundo miles de bebes son abandonados cada día por padres que no son capaces de criarlos ya sea por problemas económicos, por irresponsabilidad, por embarazos no deseados, en fin, muchas razones. Sin embargo, nada justifica que aquellos inocentes tengan que pagar el precio y muchas veces morir de frio en las calles. Seúl en Korea del Sur, no es la excepción. La mayoría de ellos son físicamente inválidos, tienen síndrome de Down o sus padres no están casados. En Korea del Sur hay un fuerte arraigo cristiano, por lo que está muy mal visto cuando una pareja que no está casada tiene un hijo. También si el niño nace con deficiencias esto representa una vergüenza o deshonra. Cuando nadie cuida de ellos, la mayoría de veces mueren o terminan en un orfanato.
Como parece que esta “epidemia” cada año va de mal en peor, este hombre tomo una decisión para salvar de la muerte a estos niños.
Lee Jong Rak es un simple Pastor, que conoce este horrible problema y sabe que debe haber otro destino diferente para estos pobres niños.
Esta decisión cambio su vida: Instaló una especie de caja en una de las paredes exteriores de su casa y la llamó “Baby-box”. Su función es básicamente la de recibir los bebes anónimamente que la gente vaya a “descartar”, en lugar de arrojarlos en las calles a que mueran. Este Baby-box está equipado con calefacción, para que los pequeñitos no mueran del frío. Además tiene una alarma para que el Pastor pueda ser alertado cuando alguien haga un “nuevo depósito” en la caja.
Su objetivo era ofrecer una alternativa a las madres desesperadas en Seúl. El pastor que vio que esta alternativa era realmente necesaria, al comprobar la desesperante situación de abandono de estos bebes en su País. A él mismo incluso le tocó ver como una madre intentaba envenenar a su bebé. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
Con mucho esfuerzo el Pastor pudo convencer a la mujer de no matar a la pobre criatura. A partir de ese momento supo con mucha más certeza que la construcción de su Baby-Box había sido una decisión totalmente necesaria.
Los bebes no paraban de llegar. De día o de noche, de manera silenciosa o ruidosa. Algunas iban acompañadas de cartas. El Pastor Lee ha adoptado solo en el último año a 6 bebes y no parece que tenga intención de detenerse. Los niños están mucho mejor con el Pastor que en algún orfanato. Él y su mujer cuidan de los niños como si se tratase de los suyos, con amor y atención, quienes de lo contrario ya seguramente habrían muerto en las calles.
Una lección increíble la que este hombre da. El pastor Lee, “ama, a los que nadie ama” dicen los habitantes de Seúl. Este hombre tiene realmente un corazón de oro, pues acogió a todos aquellos que fueron rechazados por sus padres originales. Estos actos son los que demuestran que aún existe el bien el mundo.
No puedes dejar de compartir esta emotiva e inspiradora historia con otros.
